Mientras el mundo busca nuevas formas de movilizarse, aparece un combustible que se convierte en un nuevo hidrógeno. Nadie lo conoce, es invisible y está llegando a España. Los combustibles fósiles hicieron posible el progreso en varios campos. Sin embargo, su huella ambiental es demasiado alta para seguir siendo los reyes del abastecimiento energético. Por esta razón, diferentes compañías y gobiernos trabajan para ir reduciendo la dependencia a los combustibles fósiles y apostar por formas de abastecimiento más compasivas con el medio ambiente.
En esta búsqueda, el hidrógeno ha ganado un gran protagonismo como fuente energética. Sin embargo, hay otra opción factible en el futuro cercano.
Ya hay un gran número de compañías abocadas a la electricidad y el hidrógeno. Aunque el pronóstico con estas tecnologías es prometedor, todavía hay un largo camino para que estos combustibles puedan considerarse a la misma altura a la que hoy están la gasolina y el diésel.
El nuevo hidrógeno ya está aquí: este combustible llega a España
El “nuevo hidrógeno” al que nos referimos es el GLP (Gas Licuado de Petróleo), el combustible alternativo más usado del mundo. España no registra un uso demasiado extendido de esta opción, pero los vehículos a gas (entre los que se incluyen GNL y GNC) llevaron a las 26.545 matriculaciones en 2023, según Anfac. Un dato especialmente llamativo si tomamos como punto partida las 14.776 unidades de 2022, con un crecimiento del 79,65%.
Otros países, como Turquía, Alemania o Italia, sí han apostado por el GLP. En el último país nombrado se estima que ya hay casi tres millones de vehículos en circulación movidos por este combustible. Además, en estos territorios el número de estaciones en las que repostar GLP es mayor.
España tiene alrededor de 800 puntos de recarga para llenar el depósito de coches que funcionan con GLP. Por otra parte, Turquía supera los 4.000, Italia roza los 5.000 y Alemania y Polonia sobrepasan con creces los 7.000.
GLP: el “nuevo hidrógeno” que se postula para combustible del futuro
El combustible GLP es una mezcla de propano y butano que, procesado con algunas medidas y características concretas, resulta útil para utilizar en el sector de la automoción. La combinación más eficiente es un 70% butano y un 30% propano, quedando reservada una mezcla de 65% butano y 35% propano para el transporte pesado.
La estimación es que el 60% del GLP empleado en el territorio español tiene su origen en yacimientos de gas natural y petróleo. El 40% restante procede de la destilación del petróleo en las refinerías. No debe confundirse el GLP con otros gases que también se destinan a la automoción como es el caso del GNC (Gas Natural Comprimido) o GNL (Gas Natural Licuado).
Estos últimos combustibles entran dentro de la categoría de los GNV (Gas Natural Vehicular), o sea, gas natural procesado para utilizar en vehículos. El GNC se utiliza generalmente en el transporte ligero, pero tiene el inconveniente de que apenas existen 222 estaciones de servicio en España. El GNL es el gas natural empleado en el transporte pesado.
Combustible GLP en España: los beneficios de utilizar el “nuevo hidrógeno”
El principal beneficio de usar GLP en España es el precio del combustible. Aunque su precio ha subido desde la Guerra de Ucrania, este tipo de combustible continúa más barato que la gasolina o el diésel. En 2023, el coste de un litro de GLP rozaba el euro.
Con el GLP se emiten un 15% menos de CO2 y un 80% menos de NOx que con un modelo diésel. Esto quiere decir que todos los coches nuevos que funcionan con GLP disponen de la etiqueta ECO de la DGT.
En definitiva, este combustible que está llegando a España es el “nuevo hidrógeno”. Si todavía quieres saber más sobre el alcance del GLP, no puedes perderte la nueva versión GLP de Dacia en su modelo Duster.