Reino Unido se ha propuesto construir un barco del siglo XXII capaz de llevar a la humanidad donde nunca ha podido en términos marítimos. Esta invención llega en un momento crucial para el sector, ya que se enfrenta a uno de los desafíos más grandes de su historia: descarbonizar la industria marítima. Con este fin, una serie de marcas tecnológicas y navieras investigan nuevos caminos para acotar las emisiones contaminantes (3% adjudicadas al sector marítimo global) mediante sistemas innovadores que optimizan rutas y aprovechan al máximo los recursos conocidos.
Uno de los inventos más llamativos del último tiempo han sido las boyas Spotter, que incluirán hidrófonos y sistemas de inteligencia artificial capaces de recopilar sonidos submarinos, como el canto de ballenas, paso de embarcaciones o impacto de precipitaciones. Se espera que con estas mejoras se pueda detectar la presencia de mamíferos en tiempo real, con el propósito de alertas a capitanes y disminuir el riesgo de colisiones. Esto representa una mayor integración de tecnologías oceánicas destinadas a la protección de la biodiversidad marina.
Por otra parte, la empresa Berge Bulk ha optado por la instalación de WindWings, unas celas sólidas que actúan como alas de avión verticales. Dispuestas sobre la cubierta del carguero Berge Olympus, estas velas toman la sustentación del viento para acotar la necesidad del uso del motor. Por su parte, el director ejecutivo de Berge Bulk, James Marshall, dijo ante Bloomberg que su marca tiene muy claras sus dos líneas de acción: “eficiencia energética y captura de carbono”.
Reino Unido da un salto al futuro: trae consigo un barco del siglo XXII
Escocia también ha sorprendido con un extraño experimento. Sin embargo, aunque hay múltiples proyectos responsables en marcha, los ojos están puestos sobre otro proyecto impactante de Reino Unido, con el sello de la británica DRIFT Energy. La empresa ha presentado ante el mundo una revolucionaria tecnología de energía renovable en aguas profundas.
Pretende extraer energía eólica marina de una forma mucho más provechosa de lo que se ha visto hasta ahora. La premisa es perseguirla óptimamente en un yate de carreras. Es decir, se trata de barcos futuristas que “pescan energía” en lugar de seres vivos.
El fundador y CEO de Drift, Ben Medland, explicó el proyecto de la siguiente forma, según consigna CNN: “Producimos energía renovable en el océano utilizando veleros y entregamos esa energía a puertos de todo el mundo”.
La firma asegura haber construido dos prototipos, de algo más de 17 pies (5 metros) de longitud y los expuso por primera vez en 2022. El escenario fue la liga de vela Sail GP en el puerto de Plymouth, en Reino Unido.
¿Cómo funciona el barco del siglo XXII de Reino Unido?
“Esta es la primera clase de energía renovable móvil. No necesita infraestructura de red. No necesita cables bajo el océano. No necesita cimientos ni anclajes ni nada por el estilo. Se trata, por así decirlo, de turbinas eólicas de ‘campo libre’”, advirtió el experto.
En enfoque de la empresa planea por qué un barco no podría generar energía renovable en lugar de utilizar energía para moverse por el agua. La clave para entender la tecnología de Drift es un algoritmo que busca rutas optimizadas con vientos lo suficientemente fuertes para generar energía.
El algoritmo “Ricitos de Oro” navega 6 millones de millas virtuales en 0,02 segundos, tiempo en el que analiza la siguiente milla de ruta optimizada. Con este elemento, el barco avanza hacia el futuro, ya que este tipo de predicciones eran imposibles hace 10 o 15 años.
“Cuando sumas todo eso (con la tecnología a bordo), tienes lo que es efectivamente un barco de pesca para la energía”, acotó Medland.
Potencial del barco del futuro en el que trabaja Reino Unido
Hasta ahora, los prototipos solo han permitido la producción de unos pocos kilovatios de energía, comparable a una pequeña turbina eólica urbana.
La firma de Reino Unido ya investiga la forma de materializar un nuevo diseño en el rango de 1,5 megavatios, capaz de compararse con una turbina eólica más grande de 91 metros de altura.
Se estima que llegará a las aguas en dos años y de ella derivarán nuevos modelos comerciales. Serán barcos con 58 metros de largo y una capacidad de producción de 150 000 kilogramos de gas hidrógeno por año.
Reino Unido construye un barco del siglo XXII con el que espera “pescar” energía. Al mismo tiempo, están llegando tecnologías que nadie vio venir, como estos barcos futuristas impulsados por el viento.