El peligro de las luces automáticas en el coche sale a la luz, haciendo cada vez más atractivo el coche más futurista de la historia con luces invisibles. Tecnología y seguridad vial ya son dos conceptos inseparables. Es imposible pensar en una sin la otra. Los expertos utilizan la tecnología para avanzar en nuevos modelos eficientes y sostenibles, pero también se recurre a ella para disminuir los riesgos en la conducción.
Hasta aquí, la ecuación parece tener un resultado perfecto. Sin embargo, tiene un efecto adverso para el usuario y es que cada vez delega más en el automóvil y sus sistemas de ayuda. Un aspecto que puede jugar en contra de la ansiada seguridad vial.
Debido a la necesidad que experimenta la humanidad de encontrar nuevas formas de movilidad, el sector del automóvil es uno de los que más se involucra con la tecnología. Las inversiones en I+D están a la orden del día en fabricantes de todo el mundo, un contexto que supone que los coches sean cada vez más “inteligentes”.
Volvemos nuevamente al gran inconveniente: la menor atención que presta la persona que conduce cuando sabe que la tecnología la acompaña. Para vislumbrar este inquietante problema no es necesario mirar hacia la conducción autónoma, un término que está acercándose cada vez más. Basta con prestar atención a un sistema que lleva años en los coches ya existentes: las luces automáticas.
Las luces automáticas complican la seguridad del coche: esto es lo que sucede
Las luces automáticas llegaron hace un tiempo para que los conductores no tuvieran que preocuparse de encender o apagar las luces del automóvil en el tránsito cotidiano. Funcionan de manera autónoma cuando un sensor, por lo general situado en la parte superior del tablero de instrumentos, detecta falta de luz natural.
Entonces, prende las luces delanteras y traseras. Un caso habitual se da cuando el conductor o conductora ingresa con su vehículo en un túnel urbano, como los que pasan por debajo de las vías del ferrocarril. Tras pasar por este tramo, las luces vuelven a apagarse.
Para ponerlas en acción, basta con girar el mando de iluminación del vehículo hacia la palabra “Auto” o al símbolo de una luz con una letra A en su interior. Después, llegaron las luces DRL, sigla que corresponde al término en inglés Daytime Running Light o, en español, luz de circulación diurnas.
Son luces que se encienden en cuanto arranca el motor y con absolutamente independientes del sistema de iluminación del automóvil. No obstante, en algunas piezas solo se encienden cuando se coloca la primera marcha, o la D en los modelos con caja automática. De esta manera, cuando están en neutro, las luces permanecen apagadas.
Este tipo de luces DRL surgió después de comprobarse, después de múltiples estudios, que se baja de manera notable el número de accidentes viales cuando un vehículo circula con las luces bajas encendidas en comparación con otro que las tiene apagadas. El fin de este sistema no es aportar luz, sino mejorar la capacidad de que otros detecten la presencia del vehículo.
Luces automáticas: ¿una maldición o una bendición para tu coche?
Aunque existen coches con sistema DRL alógeno, la mayoría se equipa con luces LED, que ostentan una mayor intensidad y menor consumo de energía. Las luces DRL mejoran la seguridad vial al otorgar una mayor visibilidad de los vehículos en la calle.
No obstante, por este mismo motivo, surgieron diferentes problemas. En los últimos años, con la inclusión de la tecnología LED en el tablero de muchos modelos, el solo encendido del motor conlleva también el encendido de las luces del cuadro de instrumentos del conductor.
Esto provoca situaciones peligrosas por las noches o en horas con escasa luz natural, instancias en las que es frecuente toparse con automóviles que solo llevan encendidas las luces delanteras DRL, pero no las posteriores.
El caso más peligroso se da en horas del atardecer, cuando el Sol queda frente a los conductores, encandilándolos parcialmente. Tener las luces traseras en este contexto es clave para ser vistos por las personas que vienen detrás con visibilidad reducida.
“Es algo que está sucediendo con bastante frecuencia, porque los conductores ven el tablero con sus indicaciones, y ven la calle porque tienen la iluminación pública, pero también el haz de luz de las DRL que se aprecia por la intensidad de las luces LED. Entonces, van por la calle con las luces apagadas y eso es peligroso en algunas circunstancias”, expuso ante Infobae el especialista en tecnologías del automotor Luis Toso.
Frente al peligro que pueden suponer las luces automáticas en el coche, los conductores deben permanecer más atentos que nunca. Siguiendo la línea de seguridad vial, revelaron cuál es el coche eléctrico más seguro del mundo: atención a la marca.