La aparición de un nuevo motor podría salvar el planeta de su “destrucción”. Sería capaz de borrar una gran parte de la contaminación del tráfico comercial. Según registra el portal New Atlas, el transporte marítimo supone el 90% del tráfico comercial global y casi el 100% despliega su actividad movido por combustible diésel. No resulta extraño que suponga un porcentaje significativo de las emisiones globales, incluyendo el 3% de gases de efecto invernadero, el 13% de los óxidos de azufre y hasta el 30% de los óxidos de nitrógeno.
Obstáculos para descarbonizar el transporte marítimo
Tras revelarse el increíble potencial del motor que rompe récords, ha salido a la luz el alcance del motor capaz de salvar el planeta. Aunque reducir las emisiones mencionadas sería lo ideal, hay ciertos obstáculos que impiden que esto suceda.
Que los operadores de transbordadores, yates, barcos de suministro y otras embarcaciones quemen diesel resulta conveniente en varios aspectos, no en el ambiental. Es una opción económica, densa en energía, con un menor riesgo de incendio y que está disponible en todo el globo terráqueo.
A estos factores debemos sumar que los motores diésel son térmicamente eficientes, de una elevada potencia, confiables y con costos de mantenimiento mucho más acotados que otros motores.
Esto quiere decir que la vara está muy alta. El sector es consciente de que debe cambiar su accionar, pero los combustibles alternativos deben estar en el mismo nivel de aquello a lo que están acostumbrados para que la diferencia no sea tan abrupta.
Rolls-Royce apuesta por un motor diferente
Rolls-Royce está dejando atrás el diésel para centrarse en el metanol. Así lo ha dejado plasmado con su nuevo motor marítimo, descrito como el primer motor marino de alta velocidad del mundo de su clase de rendimiento que acciona de forma exclusiva con alcohol de madera puro.
Ha sido diseñado para un tren motriz potencialmente neutro en CO2. La firma ha tomado sobre sí el desafío de cambiar la realidad marítima con su proyecto meOHmare, junto con Woodward L’Orange y el centro de tecnología e investigación WTZ Roßlau.
La meta es desarrollar un motor marino práctico capaz de realizar su función con metanol puro, con un concepto de demostración disponible para finales de año.
La concreción de este motor podría transformarse muy pronto en el inicio de un ciclo neutro en carbono. En él, el combustible tiene su origen en fuentes verdes.
¿Qué promete el motor de Rolls-Royce?
Además de ser un combustible potencialmente neutro en carbono, el metanol utilizado en esta unidad promete niveles mucho más reducidos de óxidos de azufre, óxidos de nitrógeno y partículas de hollín. Siguiendo esta línea, es biodegradable y fácil de almacenar.
Los detalles exactos del prototipo aún se han difundido, pero se cree que está alineado con el deseo de la empresa de introducir un motor de combustible dual para manejar el crossover a una infraestructura de metanol, anota el medio ya nombrado.
Bajo este marco, existe la posibilidad de que sea una variante de una plataforma de motor de alta velocidad Rolls-Royce, como la Serie 4000.
La sección de prensa de Rolls-Royce recoge las declaraciones del Dr. Jörg Stratmann, CEO de Rolls-Royce Power Systems AG, quien asegura que “esta es una verdadera primicia mundial. Hasta la fecha, no hay otro motor de alta velocidad en esta clase de rendimiento que funcione únicamente con metanol. Estamos invirtiendo específicamente en tecnologías futuras para abrir formas eficientes para que nuestros clientes reduzcan el CO2 emisiones y expandir aún más nuestro papel de liderazgo en sistemas de propulsión sostenibles”.
Rolls-Royce busca ofrecer maneras eficientes de disminuir sus emisiones de CO2, alineado con el pilar «Lower Carbon» de su programa de transformación plurianual. La iniciativa también está en la misma sintonía que la iniciativa estratégica de Power Systems para expandir el negocio marítimo.
Estamos ante el motor que podría salvar al planeta. Borraría la contaminación del 90% del tráfico comercial. Mientras tanto, Alemania se despide de los motores de gasolina. Ya piensa en un futuro impulsado por moléculas de agua.
















