La NASA invierte billones y rompe con el hidrógeno (como ya ha hecho la firma Porsche). Utiliza un motor que funciona con un combustible que produce el sol. El gran problema que separa al ser humano de su objetivo de colonizar Marte es la distancia. Aun cuando los planetas se encuentran en posición, el punto más cercano de sus órbitas, una nave espacial tradicional tardaría de seis a nueve meses en completar el recorrido.
Bajo estas circunstancias, la NASA busca alternativas. Necesita un sistema de propulsión más rápido y eficiente. La distancia mínima de 54,6 millones de kilómetros entre la Tierra y Marte necesita naves espaciales más veloces para disminuir el tiempo de viaje, ya sea en vuelos tripulados o de carga.
Es posible ahorrar unos meses de trayecto gastando más combustible para la aceleración de la nave, pero la meta de la industria es encontrar una tecnología de propulsión que permite ir más rápido de una forma más eficiente.
La NASA hace una inversión billonaria y sentencia el hidrógeno
La NASA ha preparado un nuevo motor para viajar a Marte en solo dos meses. La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) apuesta por un sistema de propulsión por plasma pulsado que reduciría el tiempo para llegar a Marte. Pasaría de seis meses por trayecto a solo dos meses. Un hito considerable teniendo en cuenta que se destinan un gran número de investigaciones hacia Marte.
Sin embargo, para considerarlo como base, se necesita alcanzar un ida y vuelta más rápido con cargas y tripulaciones. El plan de la NASA es enviar sus primeras misiones tripuladas a Marte la próxima década. Para culminar su propósito, utilizará naves espaciales con sistemas de propulsión híbrida que combinen tecnología químicas y eléctricas y que sirvan como hábitat temporal para los astronautas. Por ahora, parece que el Starship de Space X tiene grandes posibilidades de ser el transporte oficial llegado el momento.
El modelo Starship de Space X es el cohete más potente del mundo. Dispone de 33 motores Raptor y un sistema reutilizable de combustión por etapas que utiliza metano-oxígeno. Tras tres vuelos de prueba, ha demostrado que puede llevar a la tripulación al espacio. No obstante, esta no es la única opción que la NASA contempla. También piensa en un nuevo cohete de plasma pulsado (PPR), cuyo diseño se torna más eficiente que los métodos actuales de propulsión química.
La empresa Howe Industries está desarrollando este revolucionario propulsor que combina un gran empuje y un elevado impulso específico o Isp, una medida de la eficacia con la que una pieza como esta produce empuje, que le permite bajar significativamente el tiempo de viaje necesario para llegar a Marte.
La NASA presenta un motor inaudito con el que destierra al hidrógeno
EL PPR es una evolución del concepto fusión-fisión pulsada (PuFF) de la NASA. En su proceso la combustión se propaga y expande contra una tobera magnética a través de la deflagración, que abarca descargas eléctricas. Estas descargas generar fuertes campos magnéticos y provocan altas densidades y temperaturas de plasma que ocasionan el empuje.
Este nuevo modelo es más pequeño y sencillo que los anteriores y también cuenta con un mayor empuje, que hace posible la realización de misiones de mayor distancia. El nuevo propulsor funciona bien en naves espaciales más pesadas, consintiendo la instalación de un blindaje adicional antiradiación que evita la exposición de la tripulación a las dañinas partículas de alta energía, que toman el nombre de rayos cósmicos galácticos. Cabe destacar que las estrellas tipo G de secuencia principal (como el Sol) están mayoritariamente hechas de plasma.
En definitiva, la NASA invierte billones en conseguir un motor factible para viajar a Marte. Una noticia sorprendente que se une a su último descubrimiento histórico.



















