Un comité de revisión del Gobierno japonés ha identificado más de 200 programas financiados por el Gobierno que deberían ser analizados, entre los que destacan dos que podrían tener un impacto directo en la financiación de la caza de Ballenas –el programa de subvenciones de la Overseas Fishery Cooperation Foundation (OFCF) y el del Ministerio de Asuntos Exteriores–. La OFCF financia directamente al Instituto para la Investigación de Cetáceos, que realiza la caza “científica” de ballenas, y el Ministerio de Asuntos Exteriores ha usado la “compra” de votos para apoyar dicha caza en la Comisión Ballenera Internacional (CBI).
Greenpeace ha emitido una propuesta en la que recomienda la revisión del programa por sus numerosas irregularidades, ya que no sólo es objeto de numerosos casos de corrupción (2), sino que también supone un gran despilfarro de impuestos, que alcanza los 795 millones de yenes anuales (8,8 millones de dolares americanos), en ayudas del Gobierno.
Durante las elecciones de este año, el primer Ministro Hatoyama prometió eliminar la corrupción en las agencias del gubernamentales y erradicar el derroche del dinero del contribuyente (3). La industria ballenera es un ejemplo claro de estos dos casos y además influiría de manera positiva en la Administración de EEUU.
La revisión propone cuatro criterios para determinar si el Gobierno debe continuar financiando el programa, la propuesta emitida por Greenpeace a este comité de revisión demuestra que la caza “científica” de ballenas cumple tres de estos.
1. Uso apropiado del dinero del contribuyente: El objetivo del programa ballenero es recoger información para permitir una reanudación de la caza comercial de ballenas. La caza comercial está actualmente prohibida por regulaciones internacionales y la principal compañía comercial ballenera en Japón ha dejado claro que no tiene intención de retomarla dada la falta de demanda.
2. Efectividad del programa: Una revisión de los primeros 18 años del programa ballenero concluyó que había fallado en el cumplimiento de sus objetivos.
3. Eficiencia del programa: El programa es deficitario y la ICR es incapaz de devolver los préstamos al Gobierno por el alto coste de las operaciones y la caída del precio debido a la escasa venta de la carne de ballena.
4. Mayores necesidades que otros programas: Este programa no es necesario de manera nacional ni internacional.
Si el nuevo primer Ministro Hatoyama revisa el programa y recorta las ayudas, demostrará a los japoneses que cumple sus promesas electorales. La revisión acabará días antes de que el presidente Obama visite Japón, el primer ministro tiene una oportunidad única de resolver un punto de largo desacuerdo con los Estados Unidos
Greenpeace