Según WWF, a partir de ahora, la salvación del atún depende fundamentalmente de la prohibición de su comercio internacional, que se decidirá en la próxima reunión del Convenio CITES en marzo de 2010 en Doha, Qatar.
La Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) ha aprobado una propuesta hecha desde la presidencia del organismo, la Unión Europea, Japón, Marruecos y Túnez de cortar la cuota de las 19.500 toneladas a 13.500t. Sin embargo, WWF considera dicho límite demasiado alto como para permitir la recuperación de la población de esta especie amenazada.
Un estudio científico presentado en la reunión muestra que incluso una cuota de 8.000 t, que se cumpliese estrictamente, proporcionaría sólo un 50% de posibilidades para la recuperación del atún rojo en 2023. Además, otro informe presentado revela que únicamente el cierre total permitiría a la pesquería alcanzar los niveles que evitasen la necesidad de restricciones comerciales en 2019.
Para WWF, ahora es imprescindible que las Partes Contratantes de la Convención Internacional para el Comercio de Especies Amenazadas (CITES) establezcan restricciones globales al comercio internacional para el atún rojo, tal como ha propuesto Mónaco para la reunión en Doha (Qatar) de marzo de 2010.
“Los resultados de la reunión no tienen ninguna base científica y son inaceptables”, comentó el Dr Sergi Tudela, Responsable de Pesca del Programa Mediterráneo de WWF. Y añadió: “La reducción de cuota aprobada no proporciona ninguna garantía de recuperación y es sólo por un año. Por ello, la prohibición del comercio internacional de atún rojo es la única esperanza para la especie en estos momentos”.
En la actualidad sólo queda un 10-15% de la población original de atún rojo, por ello, WWF ha presionado durante la reunión para que ICCAT establezca una suspensión de la pesca y apruebe las medidas necesarias para evitar acciones ilegales en la pesquería. Durante este encuentro se ha visto que la mayoría de los países pesqueros han sido acusados por el propio organismo de romper las reglas, como la entrada de atún en granjas sin la documentación apropiada. Tampoco se han establecido las garantías suficientes para resolver el problema de la sobrecapacidad de la flota mediterránea, que mina cualquier medida de conservación.
La reducción de la época de pesca industrial en un mes sigue dejando vía libre a las flotas piratas del Mediterráneo central y oriental, pues siguen disponiendo de la época en la que el atún es más vulnerable de ser capturado, del 15 de mayo al 15 de junio. ICCAT ha seguido ignorando el llamamiento internacional para establecer santuarios en las zonas de reproducción, como aguas del archipiélago balear.
Tudela hizo un llamamiento a los países miembros de CITES “para que no se dejen engañar por los buenos propósitos de ICCAT de salvar la pesquería en los próximos años, ya que se han incumplido numerosas promesas en los 40 años de historia del organismo y hasta ahora ICCAT ha fallado en los momentos más cruciales de su trayectoria”.
Para añadir más decepción a los resultados de la reunión, ICCAT ha permitido a Marruecos seguir usando durante otros 2 años las redes de deriva para la captura de pez espada, que matan cada año 4.000 delfines y 25.000 tiburones en el Mediterráneo. La prohibición de las redes de deriva se remonta a 1992 e incluye a la ONU, ICCAT y la UE, que es el principal mercado de la pesca de Marruecos.
“Las Partes Contratantes han insistido este año en la necesidad de restaurar la credibilidad de ICCAT, pero en paralelo han aprobado una medida que supondrá la muerte de 8.000 delfines y 50.000 tiburones, violando la resolución de la ONU”, comentó Tudela. ICCAT ha sido también incapaz de aprobar ninguna medida sustancial para proteger las especies vulnerables de tiburones.
WWF