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sábado, junio 10, 2023

Greenpeace denuncia que ICCAT condena al atún rojo a la extinción

Los últimos datos científicos demuestran que, para los stocks se recuperen en un 50% en 2023, la captura anual del atún rojo debería de limitarse a 8.000 toneladas (1).

A pesar de las repetidas llamadas para el cierre de la pesquería, la Comunidad Europea, los países pesqueros del Mediterráneo y Japón han forzado en esta reunión anual que se establezca una captura de 13.500 toneladas (las actuales son unas 19.950 toneladas).

“Un año más, ICCAT ha vuelto a fallar eliminando cualquier posibilidad de recuperación del atún rojo. Además, esta reunión ha demostrado que los estados pesqueros son incapaces de respetar sus propias medidas de control, y que no son conscientes de la sobre-capacidad de su flota pesquera” ha declarado Celia Ojeda, responsable de Océanos de Greenpeace. “Una prohibición del comercio internacional de atún rojo y la protección de sus zonas de desove son ahora las dos únicas medidas para salvar esta especie de su extinción comercial”.

La asociación ecologista denuncia que los miembros de ICCAT han establecido desesperadamente limites de cuota para evitar la “amenaza” sobre la prohibición del comercio internacional de esta especie si se incluyese en el Apéndice I del Convenio CITES. Esta inclusión está apoyada por los propios científicos del ICCAT que recientemente demostraron que la actual población reproductiva de esta especie es menor de un 15%, lo que significa que el atún rojo cumple los criterios para ser incluido en CITES (1).

“Se hace patente la incompetencia de ICCAT al no tomar medidas para proteger especies de tortugas, tiburones y aves. Su decisión ha sido un acuerdo de  ‘tratar estos temas en la reunión del año que viene’”  ha declarado Ojeda.  

Además de todo esto, y contrariamente a las resoluciones tomadas por la Asamblea General de las Naciones Unidas, los miembros de ICCAT han permitido que Marruecos continúe usando el arte ilegal de pesca de redes de deriva hasta 2012 (2).

Estas redes calificadas como “cortinas de la muerte” y que pescan ilegalmente pez espada, vendido en los mercados europeos, matan anualmente en el Mediterráneo a unos 4.000 delfines y 25.000 tiburones pelágicos (3). Esta decisión ha sido apoyada por la Unión Europea, representada en Recife (Brasil) por la Comisión Europea, y por Estados Unidos.

No se puede ignorar el alcance de la desastrosa gestión de ICCAT y otras organizaciones regionales de pesca en actuar responsablemente sobre los recursos marinos. Estas decisiones nos conducen a la urgente necesidad de establecer una gestión de los ecosistemas marinos hacia una gestión integrada que se base en un principio de aproximación ecosistémica y específicamente establezca una red de reservas a gran escala que proteja tanto aguas nacionales como internacionales (4).

 

Greenpeace

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