La recuperación del hábitat del urogallo es la clave para tratar de conseguir que esta
especie no desparezca de las montañas asturianas. Desde el año pasado, la
Parroquia Rural de Páramo de Teverga y el FAPAS, a través de un convenio de
colaboración, pretender desarrollar actuaciones que mejoren la calidad del hábitat
del urogallo.
El año pasado, se solicitaron los permisos para trabajar sobre una superficie de 50
hectáreas de terrenos, con el fin de recuperar las arandaneras, la planta que resulta
estratégica en los trabajos de protección del urogallo. Sin embargo, no ha habido
ninguna respuesta a la solicitud por parte de la Consejería de Medio Rural del
Principado de Asturias.
Asturias posee un Plan de Recuperación del Urogallo que establece como actuación
prioritaria la recuperación del hábitat de esta especie que se encuentran en máximo
peligro de extinción. Resulta contradictorio que la propia Administración Regional
impida la realización de trabajos de conservación.
Los montes de la Parroquia de Páramo de Teverga, fueron hasta hace unos años,
territorios ocupados por una buena población de urogallos, sin embargo, a lo largo de
la última década, la población ha decrecido alarmantemente, hasta el punto de
encontrarse en una situación crítica.
El FAPAS en colaboración con los vecinos de la Parroquia Rural y el apoyo de la
Fundación Biodiversidad y el Ministerio de Medioambiente del Gobierno de
España, ha puesto en marcha varias iniciativas para trabajar en la conservación de la
biodiversidad en este territorio cuyo objetivo es recuperar al urogallo ya que en los
trabajos de control de la especie, el año pasado el FAPAS sólamente ha podido
localizar un ejemplar hembra.
En esta primavera, han comenzado a buscarse indicios de los urogallos que aún
puedan sobrevivir, pero hasta el momento, los trabajos de campo han dado un
resultado negativo, pues no ha podido ser localizado ningún ejemplar.
‘Recuperar las arandaneras, una estrategia clave en la conservación del urogallo’: Así
quedó de manifiesto en el Seminario de Gestión Forestal y Manejo del Hábitat del
Urogallo, Somiedo 2004, donde se recogió la necesidad de condicionar este tipo de
terrenos al aclareo mediante el desbroce selectivo y manual del matorral de piorno y
erica para favorecer la estructura de las arandaneras, consiguiendo como indicador
de calidad de las mismas, que la planta de arándano alcance una altura óptima de 50
centímetros.
Las solicitudes de trabajo para la recuperación de las arandaneras en la cuenca del
Puerto de Ventana en Asturias no han sido atendidas por la Consejería de Medio
Rural, ni tampoco las solicitudes de plantación de árboles productores de frutos
silvestres, otra línea de trabajo que se considera de gran importancia para la
alimentación de los urogallos.
Según todos los expertos consultados, el urogallo se encuentra en una situación
límite, donde el proceso de extinción solo podrá ser evitado si se comienzan a
desarrollar trabajos de conservación del hábitat.
Resulta insólito que la Administración Regional de Asturias niegue la ejecución de
actuaciones que impidan la extinción del urogallo, máxime cuando dichos trabajos
cuentan con un importante apoyo institucional por parte del Gobierno de España y son
los propios vecinos del territorio quienes lo demandan.
La Administracion Regional impide al Fapas y a los vecinos de la Parroquia de Paramo de Teverga trabajar en la recuperacion del Urogallo
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