Mediterrània, Centre d’Iniciatives Ecològiques, inicia el proyecto “Balsas para anfibios”, que pretende facilitar la reproducción de diferentes especies de anfibios presentes en el Tarragonés i Alt Camp, mediante la construcción de una balsa protegida de los factores que alteran o impiden la reproducción de los anfibios.
Este proyecto está incluido dentro de las actividades que coordina el Comité Español de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) con motivo de la celebración del Año Mundial para la Diversidad Biológica. El proyecto cuenta con la colaboración de la Fundacion Biodiversidad y Obra Social Caja Madrid.
La acción acondicionará una balsa ya existente para que los anfibios puedan reproducirse, evitando así problemas como la predación de las larvas por parte de aves, reptiles o mamíferos. Se dotará al espacio de vegetación, que servirá como refugio y lugar de puesta, y proporcionará sombra, creando un microclima dentro del ecosistema rural de campos de cultivo.
El proyecto contará con la colaboración de un grupo de voluntarios. Estos trabajarán en la adecuación de la balsa, la plantación de vegetales sumergidos y de superficie, y el seguimiento de los anfibios para conocer el alcance de la actuación.
La acción tiene una duración de un año, aunque el seguimiento se extenderá a dos, gracias a la implicación de los voluntarios, que son residentes próximos al lugar de actuación. La implicación de los propietarios del terreno también ha sido muy importante, al ceder el espacio donde se desarrollará el proyecto, dentro del municipio de Vilabella.
Las especies de anfibios del planeta se encuentran bajo un peligro sin precedentes, ya que se están extinguiendo a tasas mil veces más altas que lo normal, según el más comprensivo estudio jamás realizado. Más de 500 científicos de más de 60 naciones contribuyeron a la Evaluación Global de los Anfibios, cuyos descubrimientos claves han sido publicados en línea por Science Express, y en la revista Science.
Durante los últimos tres años, los científicos han estudiado el estado de distribución territorial y conservación de todas las 5.743 especies anfibias conocidas, que incluyen ranas y sapos, salamandras y cecílidos. De éstas, se ha determinado que el 32 por ciento (1.856) están en peligro de extinción. Más aún, faltan datos suficientes para evaluar con precisión el estado de otras 1.300 especies, muchas de las cuales, según los científicos, pueden estar amenazadas.
«Los anfibios son unos de los mejores indicadores de la salud ambiental general de la naturaleza», dijo Russell A. Mittermeier, presidente de la ONG Conservation International (CI). «Su catastrófico declive sirve como una advertencia que estamos en un período de significativa degradación ambiental».