Desde que en 2001 la naturalista estadounidense Christy Hargrove propusiera celebrar el día de la ardilla cada 21 de enero, cada año se conmemora este día en reconocimiento de las peculiares características de este mamífero roedor, del que existen más de 200 especies reconocidas y divididas por casi todo el planeta.
Además de por su peculiar y simpático aspecto, las ardillas cumplen una función esencial en el ecosistema como reguladoras de ciertas plagas, sin dejar de lado el papel que desarrollan en el mantenimiento y crecimiento de los bosques, puesto que suelen transportar todo tipo de semillas que, cuando no son consumidas, germinan de forma natural, impulsando así la biodiversidad en los territorios que habitan.
Hoy 21 de enero es el Día mundial de la ardilla 2025. Una fecha que sirve para recordar que este animalito es parte del ecosistema de los bosques y montes en os que habita. Y que es importante su preservación por el rol que cumple en el mismo.
Entre los roedores más conocidos se encuentran las ardillas. Pertenecen a la familia Sciuridae. Y se caracterizan por tener una cola muy particular y por ser extremadamente ágiles y veloces. Hay más de 200 especies de 3 tipos: arbóreas, terrestres y voladoras. Estos animales están presentes en casi cualquier ecosistema con vegetación. Con la excepción de los continentes australiano y antártico.
Ladronas de comida
Una de las características más conocidas de las ardillas es que son muy buenas para birlar el alimento ajeno. Pasan gran parte del día buscando como robar la comida de otras ardillas o pájaros, un comportamiento conocido como cleptoparasitismo. Su comida favorita son los frutos secos (cacahuetes, nueces o avellanas), pero en realidad son omnívoras.
Por lo que no es raro verlas consumir huevos de ave, insectos y hasta pequeños reptiles o anfibios. Para buscar comida confían en la memoria, el olfato y la vista para determinar en qué parte del campo es más probable que encuentren comida. Y como otros roedores, las ardillas no pueden vomitar ni eructar.
Diferentes tamaños de la ardilla
La especie de ardilla más pequeña es la ardilla pigmea africana (Myosciurus pumilio), que mide entre 7 y 13 centímetros de largo. En el otro extremo está la ardilla gigante india (Ratufa indica), que puede llegar a medir casi un metro de longitud, lo que la convierte en la ardilla más grande del planeta.
Crecimiento dental continuo de la ardilla
Las ardillas tienen cuatro peculiares dientes frontales que crecen casi 15 centímetros cada año. Esto evita que sus incisivos se desgasten por él mordisqueo incesante con el que roen nueces y otros alimentos. Esta es una característica que comparte con otros roedores.
Doble articulación en las patas traseras de la ardilla
Sus patas traseras poseen una doble articulación, lo que les facilita moverse entre los árboles y saltar de rama en rama. Independientemente de la gravedad, sus tobillos pueden dar un giro de hasta 180 grados. Este mecanismo les permite moverse y trepar con la agilidad que las caracteriza.
Cola versátil
Su cola es grande y muy peluda. Esta herramienta que permite a estos roedores protegerse de la lluvia y en invierno, también del frío y la nieve. Su potente capacidad de abrigo les permite mantener mejor su temperatura corporal. También interviene a la hora de mantener el equilibrio. Y según su forma de moverla, sirve de elemento de comunicación con otros congéneres.
Capacidad de aprendizaje de la ardilla
Entre los roedores, las ardillas están entre las que más rápido aprenden nuevas habilidades. Varios estudios han demostrado que pueden ajustar su comportamiento para ser más eficientes en la realización de una determinada tarea.
Ardillas tramposas
Las ardillas son sumamente competentes a la hora de engañar a otros animales de la naturaleza. Cuando tiene comida y se siente observada, suele cavar un agujero y simular que esconde allí su tesoro. Pero en realidad lo que hace es guardar la comida en la boca y en cuanto el ‘enemigo’ deja de fijarse en ella se la lleva a otro escondite.
Ardillas: una visión fenomenal
Su periodo de gestación es de 29 a 65 días, durante los cuales la madre amamanta y cuida a las crías en su madriguera. La misma puede estar en árboles huecos o en el suelo, según la especie. Como la mayoría de los mamíferos nacen ciegas. Pero con el tiempo, las ardillas llegan a obtener una visión periférica focal muy nítida. Y su campo de visión les permite mirar hacia arriba y hacia los lados, sin necesidad de mover la cabeza.