En el último censo realizado en España en el año 2023 el lince estaba consolidado en 5 comunidades autónomas y representaba una comunidad de cerca de 2.000 ejemplares. Una consolidación que incluso se ha extendido a otros territorios más allá de los que eran su zona de influencia de manera histórica.
Una buena noticia que nació gracias a los trabajos de recuperación de la especie que se empezaron a llevar a cabo en Andalucía, donde «una vez afianzados los núcleos que quedaban en la época, se dio comienzo a las reintroducciones», ha explicado Javier Salcedo, coordinador del proyecto Life Lynx Connect que es el que gestiona esta labor.
Tras el paso por la comunidad andaluza, este programa amplió entre los años 2011-2018 el número de ejemplares de lince hacia nuevas poblaciones ubicadas en Castilla-La Mancha (Campo de Montiel y Montes de Toledo), Extremadura (Matachel), e incluso el sur de Portugal (Vale do Guadiana). En el 2023 llegó también a Murcia y 2025 a Palencia y Cuenca.
Un total de 5 comunidades autónomas tienen consolidada una población de lince
El lince ibérico (Lynx Pardinus) consolida cada vez más su presencia en la Península Ibérica y ya ocupa territorios en cinco comunidades autónomas españolas, incluso en algunos territorios ajenos a su área de distribución histórica, además del núcleo existente en Portugal, según explicaron expertos de la especie a EFE.
A la espera de la publicación la próxima semana de un nuevo censo de su población, el último realizado en 2023 marcaba unos 2.000 ejemplares, cifra ya lejana al centenar que en el año 2002 se ubicaba en solo dos poblaciones de Andalucía – el Parque Nacional de Doñana y la Sierra de Andújar -.
Las tareas de recuperación de la especie comenzaron justamente en Andalucía, donde «una vez afianzados los núcleos que quedaban en la época, se dio comienzo a las reintroducciones», ha explicado Javier Salcedo, coordinador del proyecto Life Lynx Connect.
Durante el programa Iberlince (2011-2018), la especie amplió su territorio con nuevas poblaciones en Castilla-La Mancha (Campo de Montiel y Montes de Toledo), Extremadura (Matachel) y el sur de Portugal (Vale do Guadiana). En 2023, el felino llegó a Murcia, con un grupo asentado en Lorca, además de extenderse por otras zonas ya conquistadas, y en 2025 ha dado el salto al norte peninsular, estableciéndose en el Cerrato Palentino, además de en Cuenca, ambas fuera del área de distribución histórica del lince.
«Las reintroducciones han cumplido un papel básico», ha expresado Salcedo, que ha incidido en que han ayudado a alcanzar la situación actual, con un ritmo de crecimiento medio de la población del 20 % al año.
También ha hecho hincapié en el objetivo de conexión de los distintos núcleos, que buscan unir por medio de pequeñas poblaciones intermedias: «Es mejor tener todas las poblaciones conectadas que contar con más linces pero que se encuentren desconectados», ha expresado.
No todos ven con buenos ojos las reintroducciones del lince
Las reintroducciones de este felino, que requieren de un «alto factor de aceptación social» además de variables como un hábitat adecuado y suficiente población de conejo, según explican estos expertos chocan en ocasiones con la resistencia de sectores como el cinegético o el agrícola.
En Cataluña, la presión ejercida por parte del sector agrario llevó al Gobierno autonómico a dar marcha atrás en su intención de reintroducir esta especie. Otras regiones, como Aragón o Zamora, también han visto frenados sus planes de reintroducción.
En este sentido, han detectado diferentes tipos de resistencias que van desde un «un cierto miedo a la novedad y a nuevas prohibiciones», la reticencia de una mayor presencia de gente en las fincas, muchas de ellas privadas, a conflictos políticos que «nada tienen que ver con el lince».
Para combatir esta oposición, se realizan jornadas de intercambio con colectivos que ya conviven con el lince para reducir los temores y mostrar que «no supone un problema para la gestión ni para seguir con sus prácticas habituales».
El futuro del lince en España
Basándose en un análisis de Lynx Connect en el que se combinan criterios demográficos y genéticos, se estima que para alcanzar el «estado de conservación favorable» sería necesario contar con unas 1.100 hembras reproductoras, equivalente a entre 4.400 y 5.500 individuos, así como ocho nuevas áreas de población.
Entre las regiones potenciales para esa expansión se encuentra Castilla y León, Aragón —donde ya se han preseleccionado dos zonas—, la Comunidad de Madrid —con trabajos para identificar una zona idónea—, o Cataluña.
La expansión hacia el norte, que «cada vez más seco» alberga mejores poblaciones de conejo y que permite que, ante eventos drásticos de cambio climático, la población pueda dispersarse norte-sur. No obstante, se ha descartado su expansión en la cornisa cantábrica, debido a la escasa presencia de conejo. Los esfuerzos se centran en la Iberia mediterránea. EFE / ECOticias.com