La laguna de Soto Gutiérrez, ubicada en el municipio madrileño de Ciempozuelos y conocida como “la pequeña Doñana de Madrid”, inició una ambiciosa restauración ecológica tras años de degradación y sequía.
Este enclave, situado en pleno Parque Regional del Sureste (PRS), constituye un ejemplo emblemático de cómo los humedales, incluso los de origen artificial, pueden desempeñar un papel esencial en la conservación de la biodiversidad y en la provisión de servicios ecosistémicos clave para la salud del territorio.
A pesar de que estos ecosistemas albergan el 40% de las especies conocidas y ofrecen servicios vitales como agua potable, alimentos y protección frente a fenómenos meteorológicos extremos, más del 60% de su superficie ha desaparecido o se encuentra en mal estado a causa de la actividad humana.
La laguna de Soto Gutiérrez no ha sido una excepción. Esta antigua gravera sin haberlo planificado se convirtió en un humedal y durante los últimos cuatro años sufrió un progresivo proceso de desecación, acumulando más de 24.000 m³ de vegetación muerta y perdiendo en un 98% su capacidad de acoger fauna acuática.
Laguna de Soto-Gutiérrez
La laguna de Soto-Gutiérrez, en Ciempozuelos (Madrid) y conocida como “la pequeña Doñana madrileña”, está ahora en una etapa de recuperación ecológica gracias al proyecto de restauración puesto en marcha por la Fundación Global Nature.
El trabajo de recuperación de este ecosistema es a largo plazo, y ya con las primeras acciones, la biodiversidad ya se está abriendo paso, en especial las aves acuáticas de la zona que están aprovechando los pequeños charcones que se están formando en el humedal.
Tanto en el entorno, como dentro del propio vaso lagunar se han avistado aves de gran valor ecológico: aguilucho lagunero, carriceros comunes, cigüeñuela, gaviotas, aves frías, cigüeñas, fochas, azulones y entre otras el archibebe fino, una curiosidad no sólo para la región sino para la península ibérica, al tratarse de un ave migratoria incluida Lista Roja Europea de Aves 2021 y la cual es muy rara de ver en el interior de nuestro país.
Este enclave, incluido en el Parque Regional del Sureste y en la Red Natura 2000, se encontraba gravemente deteriorado tras años de desecación que provocaron la pérdida de hasta el 98 % de su capacidad para albergar fauna acuática y la acumulación de más de 24 000 m³ de vegetación muerta.
En noviembre de 2024, la Fundación Global Nature adquirió las once hectáreas de la laguna con el objetivo de recuperar este humedal singular.
El plan de restauración que la entidad va a ejecutar contempla desbroces de vegetación muerta acumulada, movimientos de tierra para recuperar la estructura del vaso lagunar y la reinundación controlada mediante un sistema de compuertas que garantizará el nivel de agua y permitirá la creación de islas naturales.
“Soto-Gutiérrez es un símbolo de restauración ecológica dinámica. Demuestra que es posible devolver la vida a los ecosistemas degradados”, explica el director gerente de la Fundación Global Nature, Eduardo de Miguel. La inversión de esta primera fase de restauración ha ascendido a casi 70 mil euros. ECOticias.com