La tórtola europea, conocida científicamente como Streptopelia turtur, es un ave de mediano tamaño que pertenece a la familia Columbidae, la misma que incluye a las palomas y tórtolas. Es una especie migratoria que recorre largas distancias entre su área de reproducción en Europa y su zona de invernada en África.
Una de las características más llamativas de esta ave es su canto, suave y melodioso, que repite con regularidad y que forma parte de un elemento importante en el cortejo y en la comunicación entre ejemplares.
Es necesario proteger la población de tórtola europea
Ecologistas recuerdan que las poblaciones de tórtola europea siguen en mal estado de conservación y exigen responsabilidad a las administraciones tras el cierre del procedimiento de infracción. La decisión de la Comisión Europea no implica que la tórtola esté fuera de peligro, ya que sigue en estado vulnerable.
Ante el anuncio del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación sobre el cierre del procedimiento de infracción abierto por la Comisión Europea contra España por incumplir las obligaciones de mantener en buen estado de conservación a la tórtola europea, estos activistas señalan que la recuperación de esta especie sigue siendo frágil y exige a las administraciones públicas máxima cautela y responsabilidad.
Según datos científicos, la tórtola europea ha perdido hasta el 35% de su población en el periodo 2002 – 2023. Por ello, y pese al cierre del expediente europeo, y al ligero repunte de sus poblaciones registrado en los dos últimos años, no se puede hablar de una recuperación: «estamos ante una población sujeta a una regresión fuerte en el largo plazo y solo estabilizada recientemente».
«Celebramos que se haya avanzado en el diseño y aplicación del Plan de Gestión Adaptativa promovido por la Comisión Europea, pero queremos dejar claro que este cierre administrativo no debería suponer una carta blanca para reabrir la caza de la especie, y mucho menos de forma generalizada y sin base científica«, señalan.
Una recuperación todavía lenta
Ecologistas recuerdan que la moratoria de caza implantada en los últimos años ha sido clave para frenar el declive de la especie, pero que son imprescindibles otras medidas de conservación, como la mejora del hábitat o la gestión agrícola compatible con la biodiversidad, sobre las que la propia Comisión incidía en el expediente de infracción. Sin embargo, aún no existen datos suficientes que avalen una recuperación consolidada de sus poblaciones ni la eficacia de las medidas de mejora del hábitat que justifique retomar la presión cinegética.
Una adecuada aplicación de los planes de caza adaptativos debe incluir, según la propia Comisión Europea:
- Un seguimiento riguroso de las poblaciones de tórtolas.
- La mejora de hábitats clave para la especie mediante la promoción de prácticas agrarias sostenibles.
- Un control efectivo y transparente de la caza, con tecnologías y sistemas de registro fiables.
En este sentido, España está lejos de garantizar, con un seguimiento adecuado y eficaz, que las capturas se ajusten a los cupos concedidos.
Es por ello que estas entidades ecologistas instan al Ministerio y a las comunidades autónomas a no ceder a presiones que puedan comprometer los avances conseguidos y a aplicar de manera rigurosa del Plan de Gestión Adaptativa, garantizando que el seguimiento que se establezca para el control de las capturas de la especie sea riguroso y fiable, y que se tomen las medidas necesarias para la recuperación del hábitat.
Desde la organización insisten en que las decisiones para la gestión de la especie se deben tomar sobre la base de datos científicos actualizados, transparentes y verificables, y que, en caso de duda, se debe aplicar el principio de precaución, prevaleciendo el interés público. «La conservación de una especie amenazada debe estar por encima de intereses sectoriales cortoplazistas. No podemos permitirnos pasos atrás después del enorme esfuerzo realizado por todas las partes».
¿Qué implica realmente el cierre del procedimiento?
El cierre del procedimiento de infracción por parte de la Comisión Europea es un reconocimiento de que España ha dado pasos adecuados para alinearse con la Directiva de Aves, gracias a la moratoria estatal de la caza de la tórtola, vigente desde 2021, y al impulso de un Plan de Gestión Adaptativa (PGA) coordinado a nivel comunitario.
Sin embargo, la decisión es administrativa y no biológica: no evalúa el estado real de conservación de la especie, ni implica que la población se haya recuperado. El expediente se cierra porque se considera que se han tomado medidas legales y técnicas suficientes, no porque la tórtola esté fuera de peligro. La tórtola europea sigue catalogada como «Vulnerable» a nivel mundial por la UICN y en España se ha registrado una disminución de su población de hasta el 35 % en el periodo 2002 – 2023 y una contracción del 7 % en su área de distribución.
Con estos datos, la especie mantiene la calificación de «vulnerable» en nuestro país. El propio Ministerio para la Transición Ecológica reconocía en su último informe que la especie no se ha recuperado aún a niveles que permitan hablar de estabilidad.