Las ciudades verdes son aquellas urbes que prestan una especial y prioritaria atención al cuidado del entorno natural, no solo en su desarrollo y crecimiento, sino también a la hora de elegir sus modelos de consumo y de promocionar la ecología como un principio elemental de su política y del modo de vida de sus habitantes.
La plantación de árboles por toda la ciudad y la renaturalización de espacios es una de las características de este tipo de urbes, en las que se apuesta por el bienestar de los ciudadanos, aumentando las posibilidades de estar en contacto directo con la naturaleza.
Por esa razón, Salamanca, que ya es mundialmente conocida como una ciudad patrimonial y la ciudad universitaria por excelencia de España, ahora busca que también se la catalogue como ciudad verde y para conseguirlo se ha propuesto plantar más de 32.000 árboles.
Camino de ser una ciudad verde
«Se trata de un impulso histórico para la ciudad, con una inversión superior a 631.000 euros, que se efectuará en espacios urbanos y forestales durante el próximo otoño, entre los meses de octubre y diciembre», ha explicado hoy ante los medios el alcalde, Carlos García Carbayo.
El dirigente del PP ha indicado que con este incremento de la masa arbórea de la ciudad busca consolidar a Salamanca como una de las ciudades europeas con mejor calidad del aire. Ahora, las zonas verdes municipales suman 94.424 árboles y 48.199 arbustos, 10.500 más que hace un año, repartidos por los más de 2,74 millones de metros cuadrados de zonas verdes municipales. De esta forma, hay 18 metros cuadrados por habitante, el doble de la cantidad recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para vivir en un entorno saludable.
Con la plantación que se llevará a cabo, las zonas verdes municipales dispondrán de más de 127.000 árboles, unas cifras a las que hay que sumar la masa arbórea de la ribera del río Tormes, competencia de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), así como del campus universitario Miguel de Unamuno y de patios privados, lo cual arroja un balance de al menos un árbol por habitante.
Para la plantación se utilizará una variedad de especies autóctonas y otras que aporten mayor “multifuncionalidad” a los diferentes espacios verdes, hasta 57 en total, con el fin de facilitar el incremento de la biodiversidad, la conectividad ecológica y la mejora de los servicios de los ecosistemas, que a su vez repercuten en una mayor salud urbana y de quienes habitan la ciudad.
Se trata, entre otras, de arces, castaños, acacias, alisos, madroños, abedules, cedros, avellanos, cipreses, membrillos, fresnos, nogales, almendros, cerezos, perales, sauces, alcornoques, encinas y robles. EFE / ECOticias.com