El desperdicio de alimentos: es un gravísimo problema que va más allá de de los residuos generados, teniendo en cuenta que hay gente que no tiene que poner en su plato, hoy nos cetraremos en las ‘pérdidas de cítricos en el campo’ y el ‘Proyecto Zitroladors’.
Más de 600 millones de personas pasaron hambre a diario en 2024 y, en este contexto, hasta un 40 por ciento de los alimentos producidos nunca llegan a consumirse y son responsables de entre el 8 por ciento y el 10 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
Se entiende por pérdida y desperdicio de alimentos, a la disminución en la cantidad de alimentos en cualquier punto de la cadena productiva, desde la producción hasta el consumo final, definiendo la pérdida de alimentos a la que ocurre durante la producción, cosecha, postcosecha, y almacenamiento en el predio y al desperdicio de alimentos al que ocurre durante la distribución, la venta y el consumo, en este artículo presentamos el ‘Proyecto Zitroladors’ que intenta paliar la ‘pérdida de cítricos en el campo’.
.¿Qué son las pérdidas alimentarias en el campo?
Dentro del desperdicio alimentario existe una problemática menos conocida: las pérdidas alimentarias en el campo, es decir, aquellos alimentos que no llegan ni siquiera a ser cosechados.
Desde 2022, la UE obliga a medir y reportar los residuos alimentarios en toda la cadena agroalimentaria. Sin embargo, quedan fuera del análisis los descartes previos y durante la cosecha.
Las causas son diversas, pero existe poco conocimiento acerca de cuántos kilos de alimentos se pierden en esta parte de la cadena alimentaria. Así, WWF España y la Fundació Espigoladors trabajan conjuntamente desde 2023 en el proyecto Zitroladors con la colaboración del MITECO para cuantificar y visibilizar esta problemática en España.
El estudio “Diagnóstico de las pérdidas en el sector de cítricos”, que publicamos en el marco del Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, busca cuantificar las pérdidas alimentarias de cítricos en campo, analizar sus causas e impactos y proponer soluciones para reducirlas y evitar sus consecuencias ambientales, económicas y sociales.
Proyecto Zitroladors
El proyecto cuantifica las pérdidas de cítricos en fincas agrícolas de Sevilla, Valencia y Tarragona a través de una metodología triple:
- las cuantificaciones a pie de campo,
- la estimación del impacto ambiental y económico,
- y las entrevistas a personas productoras, empresas distribuidoras, y expertas del sector citrícola.
Durante el 2023 y 2024, se realizaron tres cuantificaciones en campos de naranja en Sevilla, y cuatro mediciones en campos de mandarina entre Tarragona y Valencia.
Los resultados de las cuantificaciones varían:
- En el caso de las pérdidas alimentarias en los campos de naranja cuantificados entre el 2023 y 2024 (Sevilla), se estima que las pérdidas representan entre el 4,3-8% de su producción. En la parcela más afectada, las pérdidas alimentarias corresponderían a 2,8 toneladas por hectárea, el impacto económico se estima que equivaldría a 584€ por hectárea, y un impacto ambiental de casi 700 kg de CO₂ y más de 26 000 m³ de agua malgastada anualmente por hectárea.
- En el caso de las cuantificaciones de pérdidas alimentarias en campos de mandarina (Tarragona y Valencia), los resultados son muy diversos y varían entre el 0% – 12,5% de la producción. En la explotación más afectada, se registraron pérdidas de más de 16 toneladas por hectárea, lo que equivale a más de 4 toneladas de CO₂ emitidas y 166 000 m³ de agua desperdiciada por hectárea cada año.
Además, cabe destacar que, en promedio, el 45% de las naranjas que se quedan sin cosechar en el campo son comestibles, mientras que en el caso de las mandarinas corresponde al 65%.
Pérdida de cítricos en el campo
Estos resultados muestran la complejidad que hay detrás de las pérdidas alimentarias, por lo que se insta a seguir cuantificando a pie de campo para entender mejor la variabilidad entre los resultados y hacer una diagnosis más precisa de la problemática.
A la vista de estos datos, ambas organizaciones concluyen que las principales causas de las pérdidas de cítricos en el campo se deben a:
- fruta dañada por plagas y enfermedades,
- fruta descartada por optimización de tiempos de recolección vinculada a bajos precios
- y, en gran medida por criterios estéticos impuestos por los mercados acerca del calibre y apariencia de las frutas.
Asimismo, en el proyecto Zitroladors, hemos publicado el informe “Los criterios estéticos como causa de pérdidas alimentarias en cítricos”, que aporta datos para avanzar en soluciones frente a esta causa clave de pérdidas en el campo.
Los criterios estéticos producen ‘pérdidas alimentarias’ en los cítricos
El informe expone los requerimientos estéticos de comercialización de frutas cítricas, distinguiendo entre los públicos y los privados, y describe como estos últimos son los más exigentes: el calibre, la forma, la presencia de manchas en la piel, y el color.
La investigación también argumenta que la mayoría de los atributos estéticos pedidos por el mercado no tienen relación con el gusto y perfil nutricional de los alimentos. De hecho, aquellas frutas producidas en cultivo ecológico suelen tener más afectaciones estéticas, a pesar de que tienen un mejor perfil gustativo y nutricional. Sin embargo, los requerimientos estéticos dificultan el acceso de frutas ecológicas.
Cómo frenar las ‘pérdidas de cítricos’ en el campo
Para reducir de manera efectiva las pérdidas alimentarias en cítricos es imprescindible actuar en varios frentes.
- En primer lugar, aplicar una gestión integrada de plagas que priorice prácticas agroecológicas y métodos de control biológico, reduciendo así el impacto de enfermedades que provocan gran parte de los descartes. También resulta clave ofrecer un acompañamiento técnico adecuado a las fincas, con asesoramiento público y multidisciplinar que permita diseñar planes de prevención adaptados a cada explotación.
- Flexibilizar los criterios estéticos impuestos por la distribución, que descartan frutas perfectamente comestibles por calibre, color o pequeñas imperfecciones,
- La necesidad de garantizar precios justos para el sector primario, ya que en muchos casos el valor pagado por las cadenas no cubre los costes de producción y cosecha.
- Finalmente, mejorar la sensibilización y aceptación de frutas imperfectas entre la población que facilite avanzar hacia un consumo responsable que reconozca el valor del trabajo agrícola y contribuya a mitigar un problema con graves impactos sociales, económicos y ambientales.