El uso de las bombillas en el hogar podría quedar en el pasado gracias a un dispositivo que lo “inunda” todo de luz solar. Ya pensamos que era su fin ante la llegada de estos hexágonos ideales para el autoconsumo, pero esta vez parece definitivo. Nuestra manera de disfrutar de la luz podría cambiar para siempre.
Generalmente suele asociarse la luz con energía solar, especialmente si nos enfocamos en el autoabastecimiento. Sin embargo, la tecnología avanza al mismo tiempo que lo hace nuestra necesidad de encontrar nuevas formas de abastecimiento.
El aterrizaje de nuevos métodos está reemplazando a fórmulas conocidas por todos. Esta vez podríamos olvidarnos no solo de los paneles solares sino de las bombillas que estamos acostumbrados/as a utilizar.
La luz solar se transforma: las bombillas desaparecen poco a poco
La tecnología del momento en cuanto a energía es el uso directo de los ratos del sol para iluminar casas. Lumora tiene su fundamento en helióstatos y fibra óptima. Permite que las habitaciones se iluminen sin ventanas con luz natural.
“Me planteo usar el calor emitido por el sol para fines como destilar agua o calentar cultivos vegetales”, señala su creador. El diseñador industrial Mariusz Smietana ha trabajado mucho para encontrar nuevas estrategias que saquen el máximo partido doméstico a los rayos del sol. ¿Por qué conformarse con lo de siempre si se puede obtener algo mejor?
El resultado de esa investigación ha sido Lumora, un invento que resulta de la combinación de algunas ideas y conceptos milenarios con tecnología moderna. El mundo ha conocido más sobre su método por motivo de su participación en los James Dyson Award.
Su objetivo es aprovechar la enorme fuente de luz y energía. En definitiva, “transformar la luz solar”. El propósito de Smietana es recoger la luz del sol y “transportarla” a las instalaciones oscuras para que pueda aprovechar su brillo y calor a través de un sistema que hace posible la manipulación y regulación de la luz.
Un método que permite dirigir la luz de manera “flexible” y hasta “personalizarla” mediante la combinación de varias fuentes y sistemas de refrigeración.
Las bombillas quedan obsoletas ante este invento que aprovecha la luz solar
Aprovechar la luz y el calor del sol con espejos no es un concepto nuevo, pero Smietana no ha dejado de lado la idea solo porque ya estuviera inventada. En su lugar, la exploró con recursos como helióstatos, lentes Fresnel y fibra óptica.
Quiere brindar una alternativa a la iluminación artificial, aunque exija “llevar luz solar allí donde es ‘físicamente’ imposible”.
Para conseguir su propósito utiliza un sistema de helióstatos que transporta la luz solar hacia espacios oscuros. La operación es sencilla: concentra la luz solar con ayuda de lentes Fresnel y colimadores montados en el helióstato de seguimiento solar y después la transmite a través de la fibra óptima hasta una luminaria.
“Así se aprovecha la luz para iluminar estancias o plantar cultivos”, explica Smietana en la ficha de su invento.
Durante las pruebas se creó un dispositivo compuesto por un panel con 16 lentes Fresnel independientes, colimadores y un sistema de transmisión que lleva fibra óptica. Utilizó aluminio fresado para su construcción.
Escogió este material por las propiedades óptimas que brinda cuando ya es procesado y sus beneficios como disipador de calidad, reduciendo el riesgo de fundir la fibra. Para que el sistema quedara bien calibrado y tuviera una buena residencia, apostó por una construcción de aluminio y policarbonato.
Smietana hace énfasis en que su invento “abre el camino” para un mejor aprovechamiento de la luz solar. Por ahora, asevera que su diseño es sencillo y de bajo coste, haciendo más fácil su implementación en países del Tercer Mundo. Ahora sus objetivos son simplificar el sistema el máximo, reducir aún más los costes y buscar nuevas aplicaciones.
Este proyecto junto al del huerto que da energía a tu casa del que hablamos hace unos días están revolucionando por completo el sector. ¡Decretado! El fin de las bombillas podría estar más cerca que nunca.