El cultivo industrial de Soja produce deforestación, perdida de biodiversidad, más emisiones, erosión del suelo y contaminación del agua: la soja, una especie de leguminosa originaria del este de Asia, ha ocupado durante milenios un lugar importante en la cocina y la cultura asiáticas.
Solo en los últimos cien años la soja ha entrado en las dietas occidentales y, desde entonces, su cultivo ha crecido hasta convertirse en uno de los productos agrícolas más esenciales y rentables del mundo. En solo 50 años, la producción de soja se ha multiplicado por 15, experimentando una de las mayores expansiones de cualquier cultivo mundial.
Hoy en día, la soja se cultiva a una escala mundial inmensa, con Estados Unidos y América del Sur dominando la producción (esta última produce casi 50 % de la producción mundial).
Desafortunadamente, esta expansión ha tenido un coste. A medida que aumenta la demanda, grandes áreas de tierra natural se convierten en plantaciones de soja, lo que provoca una deforestación a gran escala y otros efectos devastadores en cadena, que van desde la pérdida de biodiversidad y el aumento de las emisiones de carbono hasta la erosión del suelo y la contaminación del agua.
Pero la tasa y la escala perjudiciales a las que estamos produciendo soja en la actualidad no se debe a que de repente estemos comiendo más alimentos hechos con soja, la verdadera razón es mucho más sorprendente.
El 90% de la soja se utiliza para alimentar a la ‘ganadería industrial’
Durante años hemos visto la perpetuación de un estereotipo en gran parte falso. El aumento de la producción de soja refleja el crecimiento de la popularidad de las dietas veganas y vegetarianas.
Este mito erróneo ha ayudado a estimular la creencia generalizada de que los alimentos a base de soja (y los veganos y vegetarianos que los consumen) son responsables de la destrucción del medio ambiente al mismo nivel que los productos de origen animal, como la carne y los lácteos.
Y aunque la producción de soja tiene un coste ambiental, la mayor parte no se cultiva por las razones que pensamos: el verdadero impulsor del cultivo excesivo de soja no son los fervientes veganos y vegetarianos, sino, contrariamente a lo que se piensa, se debe a las industrias de la carne, los lácteos y los huevos.
La gran mayoría de la soja del mundo – entre el 80 y el 90% – se utiliza como alimento para los animales de granja. De la soja que queda, solo el 6% se convierte en productos de soja para el consumo humano.
¡A bailar y a luchar con la canción del verano de la soja! #EcoFruitis