Qatar 2022: DDHH, comportamiento y huella ecológica. Las obras de construcción de los estadios de la Copa del Mundo de 2022 comenzaron en 2010. Las organizaciones de derechos humanos se apresuraron a denunciar el trato que recibieron los trabajadores migrantes en estos sitios.
DDHH en entredicho
Desde un periódico británico se denunció en 2021 que más de 6.500 trabajadores indios, pakistaníes, nepalíes, bangladesíes y de Sri Lanka fallecieron desde que Qatar ganó el derecho a albergar la Copa del Mundo hace diez años.
Y que todas estas muertes se debían a que no se respetaban las mínimas condiciones de seguridad, higiene y alimentación de estos trabajadores. Además, estiman que estas cifras son potencialmente mayores. Ya que se desconocen las bajas de obreros procedentes de Kenia y Filipinas, importantes proveedores de trabajadores para Qatar.
Por su parte, Qatar niega todas las acusaciones. La autoridad gubernamental a cargo de la organización y construcción de estadios asegura que siempre han sido transparentes acerca de los datos que se proporcionaron respecto a la salud y seguridad de los trabajadores. De hecho, apenas reconocen unas pocas muertes relacionadas con dichas construcciones. Y destacan lo relevante que es este evento, para emplear y dar beneficios miles de trabajadores.
La huella ecológica también importa
La huella ecológica que tiene (y tendrá) la organización y celebración de la Copa Mundial de Qatar 2022 pesa y mucho. El torneo se llevará a cabo a unos kilómetros del desierto de Rub-al-Khali en Arabia Saudita, donde la temperatura puede alcanzar los 45 °C en verano. Es por ello que la competición se ha trasladado al invierno, cuando la temperatura media es de 25 °C.
Como la temperatura sigue siendo alta, Qatar instaló un sistema de aire acondicionado gigante en los estadios, lo que generó fuertes críticas por parte de los defensores del clima. Por ello, el país se ha comprometido a lograr la neutralidad de carbono para este evento, compensando las emisiones mediante inversiones en energía renovable.
Además, el séptimo estadio edificado para la competencia fue diseñado con materiales reciclados y se llama ‘Stade 974’, en referencia a los 974 contenedores utilizados para su construcción. También se puede desmontar una vez finalizada la competición.
Un torneo ’complicado’
Además de estos problemas, están las ‘limitaciones’ que tiene el país en cuanto al consumo de alcohol y al comportamiento en general de quienes los visitan. Con este panorama, habrá que estar atento no solo a los resultados de los partidos, sino también a muchos otros detalles relacionados con el evento.
Es de esperar que la organización relaje un poco los estrictos cánones de comportamiento que suele exigir a los turistas. De lo contrario será muy complicada la convivencia. Especialmente con los tristemente célebres fans de algunos equipos. Qatar 2022: DDHH, comportamiento y huella ecológica.