Un investigador japonés ha empleado miles de hilos de seda de arañas para confeccionar las cuerdas que confieren un «timbre suave y profundo»
A simple vista puede parecer un violín como otro cualquiera. Tiene cuatro cuerdas y se toca con el arco. Pero suena de forma diferente al resto de violines, ya que sus cuerdas están fabricadas con seda de arañas.
Un investigador japonés ha empleado miles de hilos de seda de arañas para confeccionar las cuerdas que confieren un «timbre suave y profundo» respecto a las tradicionales cuerdas de tripa o acero.
Este sonido puede estar provocado por la forma en la que los hilos están retorcidos para crear una única cuerda, lo que resulta una «estructura uniforme» y sin fisuras, según recoge la BBC.
El experimento, que se publicará en el próximo número de la revista Physical Review Letters, ha sido realizado por el japonés Shigeyoshi Osaki, un investigador que lleva varios años estudiando las propiedades mecánicas de la seda de las arañas, como la ‘red de arrastre’ que mide la fuerza con la que se pueden llegar a colgar los arácnidos.
Osaki ha desarrollado diferentes métodos para producir muchas cantidades de seda de araña a partir de ejemplares criados en cautividad y ha perfeccionado su técnica para conseguir las cuerdas de violín, aunque este material se puede emplear para otros usos.