Con ese título, la prestigiosa revista Science se hacía eco, en la Sección Science Now del 21 de Febrero de 2012
El estudio ha sido publicado en Physical Review Letters y la prestigiosa revista Science ha comentado el mismo en un extenso artículo titulado: It’s Official: Physics Is Hard. Toby Cubitt y sus colegas Jens Eisert y Michael Wolf, de las Universidades de Berlín y Munich respectivamente, plantean en este artículo la dificultad de obtener las ecuaciones que rigen la evolución temporal de un sistema físico a partir de las observaciones de dicho sistema en distintos momentos, demostrando la certeza matemática de la dificultad de la física.
Con ese título, la prestigiosa revista Science se hacía eco, en la Sección Science Now del 21 de Febrero de 2012, del reciente hallazgo del físico cuántico Toby Cubitt del Departamento de Análisis Matemático de la Universidad Complutense de Madrid, y sus colaboradores: se puede demostrar matemáticamente que la física es difícil.
Tal y como nos enseñan en el colegio, la física intenta dar ecuaciones matemáticas que expliquen la evolución de un sistema en el tiempo a partir de observaciones del mismo. Con el auge actual de los supercomputadores uno podría esperar que este proceso se pudiera automatizar, sustituyendo la creatividad de los científicos por el poder de cálculo de los ordenadores.
Afortunadamente para los científicos, Toby Cubitt y sus colaboradores han demostrado matemáticamente que esto no es posible en un artículo publicado recientemente en Physical Review Letters.
Pero ¿cómo se puede demostrar que un problema es difícil? La teoría matemática de la complejidad computacional permite clasificar los problemas de acuerdo a su dificultad. Hay problemas fáciles de resolver, como sumar o multiplicar dos números, y que por tanto se pueden automatizar y dejar que un ordenador los resuelva. Sin embargo hay otros, como los problemas de optimización de la logística en el transporte de mercancías, que son muy difíciles. Tanto, que si hubiera una forma de automatizar su solución, se podría automatizar la solución de TODOS los problemas (algo que se cree imposible y que se conoce como la conjetura “P distinto de NP”). Es precisamente a esta última clase de problemas muy difíciles a la que pertenece el problema de obtener las ecuaciones que rigen la evolución de los sistemas físicos.
Por tanto, el trabajo de Toby Cubitt y sus colaboradores va a permitir dormir tranquilo a todo el mundo. A los físicos porque los supercomputadores no van a quitarles el trabajo. A los que no son físicos, porque aunque ya sospechaban que la física es difícil y por eso les costaba entenderla, ahora ya no hay duda: es una certeza matemática.
