Los investigadores del MIT que construyeron un guepardo robótico ahora lo han entrenado para ver y saltar obstáculos de forma autónoma mientras corre, primicia en un robot de cuatro patas.
Para conseguir un salto en carrera, el robot tiene que calcular su paso, al igual que un corredor humano: al detectar que un obstáculo se acerca, estima la altura del objeto y la distancia. El robot mide la mejor posición desde la que saltar, ajusta su paso justo antes del obstáculo, antes de ejercer la fuerza suficiente para saltar hacia arriba. En base a la altura del obstáculo, el robot aplica entonces una cierta cantidad de fuerza para aterrizar con seguridad, antes de reanudar su ritmo inicial.
En experimentos en cinta y en una pista cubierta, el robot guepardo superó con éxito obstáculos de hasta 45 centímetros de alto, más de la mitad de su propia altura, mientras el robot mantenía una velocidad media de funcionamiento de 8 kilómetros por hora
«Un salto en carrera es un comportamiento verdaderamente dinámico», dice Sangbae Kim, profesor asistente de ingeniería mecánica en MIT (Instituto de Tecnología de Massachussets). «Tienes que manejar el equilibrio y la energía, y ser capaz de manejar el impacto después de aterrizar. Nuestro robot está diseñado específicamente para aquellos comportamientos altamente dinámicos.»
En septiembre, el grupo demostró que el guepardo robótico era capaz de correr sin ataduras, una hazaña que el robot realizó «a ciegas», sin el uso de cámaras u otros sistemas de visión.
Ahora, el robot puede «ver», con el uso de un sistema visual LIDAR a bordo que utiliza los reflejos de un láser para mapear del terreno. El equipo desarrolló un algoritmo de tres partes para planificar la trayectoria del robot, sobre la base de datos LIDAR. Tanto la visión como el sistema de ruta de planificación están a bordo del robot, dándole compleo control autónomo.
El primer componente del algoritmo permite al robot detectar un obstáculo y estimar su tamaño y la distancia. Los investigadores diseñaron una fórmula para simplificar una escena visual, lo que representa el suelo como una línea recta, y cualquier obstáculo como desviaciones de esa línea. Con esta fórmula, el robot puede estimar la altura y la distancia a un obstáculo desde sí mismo.
Una vez que el robot ha detectado un obstáculo, el segundo componente del algoritmo entra en acción, permitiendo que el robot ajuste su enfoque cuando se acerca al obstáculo. Sobre la base de la distancia a los obstáculos, el algoritmo predice la mejor posición desde la que saltar con seguridad, entonces retrocede para espaciar los pasos del robot, acelerando o ralentizando con el fin de llegar al punto de partida óptimo .
EP – INNOVAticias