Lo del cambio de hora no es tan grave. Los investigadores españoles analizaron la relación entre el aumento del riesgo y el número total de casos investigados. Y redujeron el aumento de los riesgos asociados al cambio de hora de primavera al 5%. En cambio, para el cambio de hora de otoño no detectaron aumentos asociados.
Los autores señalan que una de las preocupaciones de la Comisión Europea a la hora de abordar el problema del cambio horario era que su impacto en la salud fuera mayor de lo inicialmente admitido. Y explican que esos datos se basaban en las alarmantes noticias que ocasionalmente aparecen en los medios de comunicación.
Los investigadores españoles Martín Olalla y Jorge Mira señalan que varios de esos resultados alarmantes se deben a que se trata de análisis estadísticos con bajo número de casos. Y comentan que esto aumenta el margen de error en el resultado final.
Jorge Mira señala que probablemente su impacto no difiera del admitido inicialmente. Y añade que: “hay países que llevan más de 100 años haciendo el cambio de hora estacional sin novedad. Las técnicas estadísticas y el mantenimiento de registros meticulosos ahora permiten refinar los cálculos e identificar los impactos sociales, en el medio ambiente y en salud. Estos, antes, se pasaban por alto porque son pequeños en comparación con los múltiples factores que afectan el problema”.
Conclusiones
Los autores concluyen señalando que el estudio de los riesgos asociados al cambio de hora es solo una parte del proceso de evaluación. También sugieren que debería incluir también un estudio de los riesgos asociados a la no realización del cambio de hora. Martín Olalla añade: “hemos observado que hacer el cambio de hora ha ayudado a no adelantar los horarios en invierno”.
Previamente, los mismos investigadores habían cuestionado un manifiesto de la Sociedad de Investigación del Sueño. Porque la misma proponía abolir el cambio de hora en Estados Unidos y mantener el horario de invierno. “En nuestra latitud, seguiremos teniendo amaneceres tempranos en verano y amaneceres tardíos en invierno. El cambio de hora es una forma de conectar el inicio de la jornada laboral con el amanecer”, señala Mira.
Finalmente, Martín Olalla añade. “El cambio de hora es un poco como cambiar de vestuario. Esas son algunas molestias que provocan las estaciones en nuestra latitud. A mucha gente le resultaría desagradable llevar sandalias en invierno o botas en verano”. Lo del cambio de hora no es tan grave.
Referencia: Este artículo acaba de ser revisado en una perspectiva sobre la cuestión del tiempo. Y fue publicado en el boletín del Journal of the American Medical Association: DOI 10.1080/07420528.2022.2157738