Llevar una dieta de estilo mediterráneo es muy beneficioso para la gestación. Si se incluyen en ella 30 gramos de nueces al día y aceite de oliva virgen extra se consiguen estos beneficios: una reducción del 35% del riesgo de desarrollar diabetes gestacional y una media de 1,25 kilos menos de aumento de peso en el embarazo.
Es la primera investigación que afirma que la dieta mediterránea puede beneficiar a las embarazadas con alto riesgo metabólico, al reducir la diabetes gestacional, además de ayudar a controlar la ganancia de peso.
En la dieta de las embarazadas, se recomienda incorporar estos alimentos en sus menús:
- Alta consumo de nueces (30 gramos al día)
- Aceite de oliva virgen extra (con profusión)
- Frutas, verduras y legumbres a diario
- Cereales integrales
- Consumo de pescado de moderado a alto
- Carne de aves, con moderación
- Lácteos, tomándolos con cuidado
Un estudio, liderado por investigadores del Clínic-IDIBAPS en colaboración con CIBER y realizado con el apoyo de la Fundació “la Caixa”, muestra que las mujeres gestantes que siguen la dieta mediterránea presentan una reducción de entre el 25 y el 28% en los niveles de ansiedad y tienen mejor bienestar y calidad del sueño y una vida saludable.
Estudios previos en no gestantes habían relacionado la dieta mediterránea con una mejora del bienestar. Este es el primer ensayo en embarazadas que lo evalúa y lo demuestra. Los trastornos de ansiedad y el estrés son cada vez más frecuentes en mujeres embarazadas y se estima que 1 de cada 5 futuras madres puede sufrirlos.
Varios estudios señalan que la dieta mediterránea, que promueve la ingesta de alimentos vegetales ricos en antioxidantes, como frutas, verduras, aceite de oliva virgen extra y cereales integrales, se asocia a un mejor bienestar y salud mental.
Dieta mediterránea + mindfulness
“El estudio IMPACT, desarrollado del 2016 al 2022 con el apoyo de la Fundació “la Caixa” ya demostró que la dieta mediterránea o el mindfulness durante el embarazo reducen hasta un tercio el riesgo de tener un bebé con bajo peso. Sin embargo, la influencia de la dieta mediterránea sobre el estrés, la ansiedad, el estado mental, la calidad de vida y el sueño de las mujeres durante el embarazo todavía no se conocía”, explica Fátima Crispi, investigadora de BCNatal y del grupo IDIBAPS Medicina fetal y perinatal, ambos dirigidos por Eduard Gratacós, jefe de grupo del CIBER.
Crispi lidera, junto con Francesca Crovetto del Hospital Sant Joan de Déu y el equipo de Ramon Estruch del grupo IDIBAPS Riesgo Cardiovascular, Nutrición y Envejecimiento y del CIBEROBN , una investigación secundaria del estudio IMPACT en la que participaron 1.221 embarazadas de alto riesgo, distribuidas, de forma aleatoria, en grupos distintos a las 19-23 semanas de gestación.
Un grupo siguió una intervención para la promoción de la dieta mediterránea mediante visitas personalizadas con nutricionistas. Los investigadores alentaron a las futuras madres a incrementar la ingesta de cereales integrales (5 raciones al día), verduras y productos lácteos (3 raciones al día), fruta fresca (2 raciones al día), legumbres, frutos secos, pescado y carne blanca (3 raciones a la semana), así como el uso de aceite de oliva para cocinar y aliñar.
La dieta mediterránea reduce ela ansiedad y el estrés materno
Otro grupo recibió la atención habitual durante el embarazo, según los protocolos institucionales establecidos, pero sin intervención especial alguna.
De acuerdo con los datos publicados en la revista Nutrients, la intervención basada en la dieta mediterránea redujo entre un 25 y un 28% la ansiedad y el estrés materno, además de mejorar el bienestar y la calidad del sueño de las gestantes, respecto al subgrupo que no recibió ninguna intervención.
Los investigadores llegaron a esta conclusión después de analizar los cuestionarios de estrés cumplimentados por las propias participantes y de medir los niveles de metabolitos relacionados con el estrés, como el cortisol y la cortisona, en muestras de orina.
“Algunos estudios previos, como el Predimed, habían relacionado la dieta mediterránea con una mejora del bienestar y una reducción de los niveles de estrés, pero eran estudios en no gestantes”, añade Crispi. Este es el primer ensayo en embarazadas que lo evalúa y demuestra”. El estudio también concluye que los efectos beneficiosos aparecen al cabo de poco tiempo del inicio de la intervención.
Dieta mediterránea ‘adaptada’ a mujeres gestantes
«Teniendo en cuenta la creciente importancia del papel de la salud mental durante el embarazo, estos resultados podrían implicar la promoción de la dieta mediterránea adaptada a mujeres gestantes como una potente estrategia de salud pública», declara Crovetto.
Sin embargo, los autores señalan que el trabajo presenta algunas limitaciones. “Gran parte de las participantes eran de etnia blanca, con un nivel socioeconómico medio-alto”, apunta Crovetto. “Así pues, el hallazgo no debería extrapolarse a otras poblaciones con características diferentes. Habrá que llevar a cabo nuevos estudios con mayor diversidad poblacional, que evalúen también los mecanismos responsables de los efectos de la dieta mediterránea observados”.