La ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, ha adelantado la intención de vetar en los colegios e institutos las máquinas expendedoras de «alimentos no recomendables para los niños», como la bollería industrial o los «snacks». Para lograrlo, la futura Ley de Seguridad Alimentaria, que está en proyecto, incluirá la prohibición de estos equipamientos en los centros educativos.
El objetivo de esta medida es «ayudar a que los niños no sean los prescriptores de sus propios alimentos y puedan así comer más sano», señaló Jiménez. «No hay productos prohibidos, pero sí los hay que son poco recomendables para la dieta infantil por la gran cantidad de sal, grasas saturadas o grasas trans que contienen», aseguró.
La ministra añadió que los hábitos alimentarios de la población infantil y juvenil constituyen «una cuestión que preocupa mucho y en la que se trabaja desde hace varios años». Indicó que la prevalencia de la obesidad infantil está muy ligada a los cambios sociales en España. «Los niños ya no aprenden a comer con la familia, no comen alimentos cocinados en casa y, además, han cambiado sus hábitos de juego, son más sedentarios», apuntó Jiménez.
La ministra cree que la función del Ministerio de Sanidad y Política Social debe ser impulsar campañas informativas de prevención de la obesidad basadas en el fomento de los hábitos de vida saludables ligados al ejercicio físico, el abandono del tabaco y la alimentación, explicó. En este último apartado, aseguró que tiene intención de acordar una serie de medidas con la industria alimentaria, para que, «a través de códigos de autorregulación, colaboren también en el fomento de hábitos alimenticios más sanos». No es la primera vez que surge la idea de prohibir máquinas de «snacks» en los colegios. Hace unos meses, la Consejería de Sanidad de Murcia anunció la misma medida.
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