El calentamiento global afecta a todo el planeta y la pérdida de tan solo una de las especies, como es en este caso, la de los tiburones, por sobrepesca que pueblan este enorme ecosistema que los humanos compartimos con millones de otras especies, puede romper su frágil y necesario equilibrio.
El calentamiento global y la sobrepesca de tiburones
Resulta de la mayor importancia proteger los océanos y, más concretamente, a los tiburones en los ecosistemas marinos. La eliminación de los depredadores superiores, entre los que se encuentran estos animales, tiene como consecuencia el aumento de la biomasa de los animales de presa. Lo que lleva a mayores niveles de respiración y, como tal, a una generación extra de dióxido de carbono.
Los tiburones no solo son víctimas de la sobrepesca, sino también de una práctica infame llamada ‘aleteo’, que consiste en cortarle la aleta dorsal, que es la parte ‘comestible’ de estos increíbles escualos. El detalle, bastante inhumano, por cierto, es que esto se hace mientras el animal está vivo, por lo que luego de mutilarlo, se lo vuelve a soltar en el agua, incapaz de nadar ni defenderse y desangrándose, por lo que es presa fácil de miles de otros peces que acaban la ‘faena’. Esta práctica se ha convertido en un gran negocio en los últimos años, impulsado por la demanda de sopa de aleta de tiburón en los países orientales.
Los tiburones son una parte importante del funcionamiento del ecosistema marino y de la cadena trófica, por lo que es fundamental mantener su población en buenas condiciones, ya que son útiles y necesarios, aunque tengan muy mala fama y peor prensa. Además, ya se ha demostrado en innumerables ocasiones que el equilibrio ecosistémico se puede venir abajo si desaparece o merma el número, de algunos de sus miembros.
Todo está en su contra
Pero los informes negativos de los medios de comunicación sobre los ataques de tiburones, junto con la falta de conocimiento de los ecosistemas marinos, han contribuido a crear un temor mayúsculo a estas criaturas, que va más allá de la simple prevención. Y a ello se le suma la antes mencionada práctica, por la que se sacrifican a estos animales por unos cuencos de sopa. Todo lo cual acaba por contribuir a que disminuya el número de tiburones y aumente el CO₂, que dispara el calentamiento global.
Las personas deberían informarse y entender lo relevante que es, que la biodiversidad del entorno marino se preserve y mantenga incólume. Y que proteger a estos grandes escualos puede tener efectos importantes en el resto de los habitantes de los océanos.
Incluso en la mitigación del cambio climático, puesto que la salud del océano depende de estas y del resto de criaturas que lo habitan. Además, las grandes masas de agua son sumideros naturales de CO2, por lo que conservar, proteger y preservar los océanos y a todas las especies que lo habitan es crucial para todos.
Evitar la sobrepesca de tiburones, puede hacer que la sopa de aleta sea más cara, pero seguramente contribuirá a que la saluda oceánica sea mejor y a que se acaba una nefasta práctica. Todo lo cual redundaré en beneficio del resto de seres vivos que habitamos este punto azul perdido en la enormidad del cosmos, llamado planeta Tierra.