¿Cómo evitar las tormentas extremas? Tres años después del temporal Gloria, Annelies Broekman una experta del CREAF reflexiona acerca de lo que debemos aprender de este tipo de eventos. Una de las zonas más afectadas por Gloria fue el Delta del Ebro. La barra del Trabucador quedó inundada, los barcos pesqueros no podían salir a trabajar.
Además, se destruyeron las plataformas hombreras, los arrozales quedaron inundados y los daños fueron realmente considerables. Tras el paso del Gloria ha quedado es más que evidente el valor de la consigna acuñada por la Plataforma en Defensa del Ebro: el Ebro sin sedimentos es la muerte del Delta.
El caso del Ebro
La investigadora nos explica qué es exactamente lo que esto significa: “El Ebro es un río sobreexplotado y no llegan al mar los sedimentos necesarios para mantener el delta y sus dunas y playas. Precisamente esta forma natural es la que protege este lugar tan emblemático de los temporales y si no se restaura podemos perderla El enorme impacto que tuvo el Gloria es una muestra».
Otro punto es el uso intensivo del agua en toda la cuenca del Ebro. El río no solo escasea en sedimentos, sino que se han expandido los usos del agua, especialmente el regadío y los embalses. “La explotación que hacemos constantemente del Ebro y de sus afluentes provoca que sea cada vez más vulnerable al futuro que nos espera.
Hemos visto cómo se rompía el trabucador y una vez pasado el temporal, en lugar de restaurar los mecanismos naturales que evitarían nuevas desapariciones en el tiempo, volvemos a trasladar arena y a usar soluciones a corto plazo. Es una fuga que no nos podemos permitir”, declara Broekman. Y añade, “el delta del Ebro es importante para su gente, por las especies de fauna y flora que viven o que descansan en sus migraciones y para la salud del mar; una fuente de vida imprescindible para todo el mundo.” ¿Cómo evitar las tormentas extremas?

Ríos y playas «sanas» nos protegen
Tener un sistema costero sano quiere decir que, en primer lugar, tendremos una barrera física para que las grandes oleadas de los temporales marinos no lleguen a la ciudad. Y en segundo lugar, que el agua recircule correctamente y no se inunde tan fácilmente su alrededor. Más allá de los casos puntuales de temporales marítimos, momento en que ponemos la lupa en el estado de salud del litoral, hace falta que prestamos más atención al día a día de los ecosistemas costeros y su actual degradación.
Playas
Las playas son un sistema que se extiende más allá de la zona donde ponemos la toalla y que comprenden la parte de mar, la zona de arena, las dunas y los humedales y lagunas que pueden encontrarse adyacentes en las dunas – como pasa con las lagunas del delta del Prat –.
Entendidas así, en su totalidad, las playas nos ofrecen multitud de beneficios sociales y ambientales como son el ocio, el oasis de biodiversidad en medio de las ciudades y la protección, precisamente, ante los temporales.
Ríos
Lo mismo pasa con los ríos, insiste Broekman, las avenidas de agua tienen una función regeneradora para el río y permiten la recarga de los acuíferos. Además, movilizan los sedimentos que alimentan las playas y frenan la erosión que vemos en todo el litoral catalán y en el mediterráneo. El problema es que hemos construido al lado y los hemos deteriorado y se hace difícil que cumplan esta función sin causar daños.
Tenemos que ir hacia un modelo social y económico que ponga en valor los sistemas naturales. Y nos haga recuperar todas estas protecciones que nos ofrecen. Tenemos que proteger la naturaleza para que podamos seguir viviendo en el territorio y cada día tenemos más conocimientos y herramientas para hacerlo. Pongámonos a ello. ¿Cómo evitar las tormentas extremas?