La mariposa marina y el ecosistema del Océano Austral. Los océanos del mundo absorben aproximadamente una cuarta parte de todas las emisiones de dióxido de carbono. Durante la absorción, el CO2 reacciona con el agua de mar y los niveles de pH oceánicos caen. Esto se conoce como acidificación de los océanos y da como resultado concentraciones más bajas de iones de carbono.
Ciertos habitantes del océano usan iones de carbono para construir y sostener sus caparazones. Los pterópodos, que son componentes importantes del ecosistema marino, se encuentran entre ellos. Y aparentemente el cambio climático los está afectando severamente.
Ciertos aspectos sobre los pterópodos, incluidos sus ciclos de vida y la dinámica de la población, no han podido ser estudiados a fondo. Esto se debe en parte a su tamaño (algunas especies de mariposas marinas miden menos de un milímetro). Y a la escasa supervivencia a largo plazo en cautiverio.
Recientemente, un equipo de científicos marinos ha examinado los ciclos de vida, la abundancia y la variabilidad estacional de las mariposas marinas con caparazón en el noreste del Mar de Scotia (Atlántico Sur). Una región que experimenta uno de los cambios climáticos más rápidos en el Océano Antártico.

Ramificaciones inesperadas
«La disminución de las poblaciones de pterópodos en el Océano Antártico podría tener ramificaciones en cascada en la red alimentaria y el ciclo del carbono». Eso lo dijo la Dra. Clara Manno, investigadora del British Antarctic Survey y autora del estudio. «El conocimiento sobre el ciclo de vida de este organismo clave, puede mejorar la predicción de los impactos de la acidificación del océano en el ecosistema antártico».
La estabilidad es esencial para la supervivencia
Para su trabajo, los científicos recolectaron mariposas marinas en una trampa de sedimentos. Que consiste en un dispositivo de muestreo amarrado a 400 metros de profundidad. «Es imposible observar el ciclo de vida completo de las mariposas marinas en un entorno de laboratorio.
Por esa razón tuvimos que reunir información sobre su desove, tasa de crecimiento y estructura de la población». Agregó la Dra. Vicky Peck, investigadora del British Antarctic Survey y coautora del estudio. «Usando muestras de trampas de sedimentos, reconstruimos con éxito su ciclo de vida durante un año».
Para las dos especies dominantes recolectadas, Limacina rangii y Limacina retroversa, los científicos observaron ciclos de vida contrastantes. Lo que lleva a que los habitantes de los océanos que están siendo afectados por el calentamiento global, sufran diferentes grados de vulnerabilidad.
De hecho, la L. rangii, que es una especie polar, se la puede encontrar tanto adulta como juvenil durante los meses de invierno. En cambio, a la L. retroversa, una especie subpolar, solo se la pudo estudiar en la etapa adulta durante el invierno.
El frío las afecta
Durante la estación más fría, el agua del océano es más ácida que durante otras épocas del año. Porque las bajas temperaturas aumentan la disolución de CO2 en el océano. Las etapas de vida de las mariposas marinas que existen entonces están más expuestas y son más vulnerables a mayores niveles de acidificación del océano, escribieron los investigadores.
El hecho de que los adultos y los juveniles de L. rangii coexistan durante el invierno puede darles una ventaja de supervivencia. Si una cohorte es vulnerable, la estabilidad general de la población no está en riesgo. Sin embargo, con L. retroversa, si se elimina una cohorte, toda la población puede ser vulnerable.
La exposición prolongada es un desafío de supervivencia
Los investigadores notaron que, a pesar de que las especies se ven afectadas de manera diferente, es probable que ninguna de ellas permanezca ilesa si se expone a condiciones desfavorables durante períodos prolongados.
A medida que aumentan la intensidad y la duración de los eventos de acidificación del océano, comienzan a superponerse con los eventos de desove en la primavera. Esto puede poner en riesgo a la etapa de vida más vulnerable, las larvas. Y podría poner en peligro a las poblaciones futuras, advirtieron los científicos.
Para saber cómo podría desarrollarse tal escenario en el Mar de Scotia, el equipo de investigación continuará estudiando las mariposas marinas que habitan allí. «Un próximo paso será centrarse en muestras de trampas de sedimentos de varios años. Resto permitirá identificar la posible variabilidad interanual en el ciclo de vida asociado con el cambio climático«. Dijo la Dra. Jessie Gardner, del estudio antártico británico, autora principal del estudio. La mariposa marina y el ecosistema del Océano Austral.
Referencia: artículo publicado en Frontiers in Marine Science.