La gestión del agua potable se ha convertido en un elemento fundamental en la lucha contra el cambio climático, ya que el recurso hídrico es esencial para la vida y el desarrollo sostenible. El aumento de las temperaturas, las alteraciones en los patrones de lluvia y la frecuencia de sequías e inundaciones, afectan directamente la disponibilidad y calidad del agua.
En este sentido, como queda patente en la celebración de la Semana Mundial del Agua 2025, poner en marcha estrategias eficientes para gestionar el agua potable es esencial para mitigar estos impactos. Un trabajo adecuado que implique la conservación, el uso racional y la protección de las fuentes de agua.
La importancia del acceso al agua
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima en 2200 millones a las personas que aún carecen de acceso a servicios de agua potable gestionados de forma segura en el mundo, lo que representa un desafío cada vez más urgente frente a la creciente demanda de ese recurso vital.
La Semana Mundial del Agua, celebrada actualmente en Estocolmo, Suecia, destaca la relación crucial entre el agua y el calentamiento global, bajo el lema “Agua para la acción climática”. El agua potable es fundamental para el desarrollo socioeconómico, la producción de energía y alimentos y la salud de los ecosistemas, explicó la OMS.Además, el suministro fiable de agua es fundamental para los esfuerzos de adaptación en un planeta cada vez más caliente.
El agua como oportunidad para los países que no miran al mar
En las comunidades más remotas, sobre todo en los países en desarrollo sin litoral, un mejor acceso al agua crea nuevas oportunidades para la población. Precisamente, hoy, ONU-Agua, el mecanismo que coordina la labor de la ONU en materia de agua y saneamiento, reunirá a los países en desarrollo sin litoral que han demostrado avances sustanciales para garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos, en consonancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
La sesión brindará a otras naciones en la misma situación la oportunidad de aprender de los avances logrados por Bután, Rwanda y Arabia Saudita para garantizar el agua potable y su gestión eficaz.
La falta de servicios de agua, saneamiento e higiene gestionados de forma segura afecta gravemente el bienestar, la dignidad y las oportunidades humanas, especialmente para las mujeres y las niñas. Más aún, el agua contaminada, el saneamiento inadecuado y las malas prácticas de higiene siguen socavando los esfuerzos para erradicar la pobreza extrema y controlar los brotes de enfermedades en los países más pobres del mundo.
Además, mañana, ONU-Agua y sus socios impulsarán a donantes y otros colaboradores clave para abordar las deficiencias de financiación en el suministro de agua y saneamiento. Los debates se centrarán en diferentes modelos y en la creación de alianzas para impulsar mecanismos de financiación innovadores que permitan un acceso universal más seguro.
En resumen, una gestión adecuada del agua potable implica la conservación, el uso racional y la protección de las fuentes de agua. Esto requiere inversiones en infraestructuras modernas, como sistemas de captación, tratamiento y distribución, que minimicen las pérdidas y garanticen el acceso equitativo como estos días queda patente en la celebración de la Semana del Agua 2025. ECOticias.com