Los océanos no tienen la culpa del exceso de CO2. El estudio, dirigido por la Universidad de Bristol en el Reino Unido y la Universidad de Nanjing en China, examinó corales históricos de aguas profundas. Gracias a ello ha arrojado una nueva e intrigante luz sobre la historia de la química oceánica.
Comprender qué ha llevado al aumento preindustrial de los niveles de dióxido de carbono (CO2) durante el período Holoceno, que se remonta a unos 11.700 años hasta la actualidad, es fuente de debate científico.
Una teoría sugiere que el aumento podría deberse al afloramiento físico de aguas profundas ricas en carbono a la superficie del Océano Austral. Esto implicaría que los cambios en la circulación oceánica en latitudes altas, podrían haber desencadenado la liberación de carbono marino a la atmósfera.
El intrigante CO2
El autor principal, Tianyu Chen, profesor de geoquímica marina en la Universidad de Nanjing y la Universidad de Bristol, dijo. «Nuestra investigación desafía las suposiciones sobre el papel de la circulación oceánica en el ciclo del carbono durante el Holoceno. Al proporcionar evidencia de radiocarbono para la estabilidad de estos procesos, allanamos el camino para una comprensión más profunda de las complejas interacciones entre el océano y el sistema climático de la Tierra».
El Holoceno, que siguió al retiro de las principales capas de hielo en el hemisferio norte, es el período interglaciar más reciente de la Tierra. Y ha intrigado durante mucho tiempo a los científicos que estudian la historia climática de la Tierra.
Un aspecto clave de este período es el aumento de los niveles de CO2 atmosférico. Inicialmente, a principios del Holoceno, los niveles de CO2 eran de aproximadamente 260 partes por millón por volumen (ppmv). Sin embargo, en el transcurso de unos 5000 años aumentaron en 20 ppmv, lo que equivale a unas 150 gigatoneladas.
Estudiando corales profundos
Los corales son organismos extraordinarios que han prosperado en los montes submarinos a lo largo del Holoceno. El equipo internacional de investigadores fechó meticulosamente los datos de corales de aguas profundas del Pasaje de Drake, ubicado entre América del Sur y la Antártida. Así como los de la Cordillera de Reykjanes, al sur de Islandia.
Estos corales viven en profundidades de agua que se extienden a 1.900 metros dentro de las aguas circumpolares de la Antártida y en las profundidades del Atlántico Norte. Sorprendentemente, los datos de radiocarbono sugirieron que la ventilación en las aguas circumpolares de la Antártida y las aguas profundas del Atlántico Norte permanecieron relativamente estables.
Los hallazgos indican que la mezcla entre aguas superficiales y profundas de los océanos polares a largo plazo, en la escala milenaria, no sufrió perturbaciones significativas. En consecuencia, sugiere que la circulación del Atlántico Norte y del Océano Austral por sí sola no impulsó el aumento de los niveles atmosféricos de CO2 durante el Holoceno. En cambio, los investigadores proponen que los ciclos biogeoquímicos que redistribuyen los nutrientes y el carbono en el océano y en la tierra pueden haber influido en este aumento.
Los relojes de los corales
El coautor, el Dr. Joseph Stewart, investigador en geoquímica de la Universidad de Bristol, dijo: “Gracias a la descomposición de los isótopos radiactivos dentro de sus esqueletos, los corales de aguas profundas contienen efectivamente dos ‘relojes’”.
Por una parte, contienen trazas de uranio-238, que dentro de los corales se descomponen gradualmente en torio-230. Esto les permite a los científicos evaluar con precisión su edad midiendo esta proporción de isótopos.
El segundo reloj, el radiocarbono (carbono-14) también se desintegra lentamente. Sin embargo, ingresa predominantemente a los océanos a través de la atmósfera. Por lo tanto, el contenido de radiocarbono de los corales nos dice durante cuánto tiempo las aguas profundas empobrecidas en radiocarbono han estado fuera de contacto con las aguas superficiales ricas en radiocarbono. Al usar ambos ‘relojes’ juntos, pudieron evaluar las tasas de ventilación del océano durante este intervalo clave.
Un paso importante
Este estudio representa un importante paso adelante para desentrañar la relación entre la circulación oceánica, el ciclo del carbono y la dinámica climática durante el Holoceno. Una futura comprensión integral de las variaciones naturales e inducidas por el hombre en el ciclo del carbono será esencial para comprender completamente el balance de carbono de la atmósfera del Holoceno.
La coautora Laura Robinson, profesora de geoquímica en la Universidad de Bristol, agregó. «Estos hallazgos contribuyen a acrecentar el volumen de conocimientos en este campo. Y subrayan la importancia de explorar más a fondo todos los mecanismos asociados al ciclo biogeoquímico y la circulación oceánica física durante el Holoceno.” Los océanos no tienen la culpa del exceso de CO2.
Referencia: artículo publicado en Nature Geoscience