Ni EV ni PHEV, el futuro de la industria del motor es la tecnología HICEV. Se trata de un extraño modelo que no verás en España que consideran cero emisiones. Después del impacto ocasionado por el curioso motor que no se coloca bajo el capó, aparece un nuevo modelo que rompe con el paradigma impuesto. Este invento llega en un momento vital para el planeta, que se encuentra en una profunda transición energética.
El mundo ya había vivido transiciones energéticas antes, pero generalmente tenían su origen en motivos económicos. No obstante, la actual está cimentada en razones ambientales y la protección del planeta. La meta ahora es bajar el nivel de carbono y hallar alternativas sostenibles para satisfacer la alta demanda del ser humano. Uno de los sectores más castigados por esta situación es el del transporte, que ha dependido de los combustibles fósiles durante décadas.
Sin embargo, lo que antes se vislumbraba como una opción viable para progresar, hoy se ve como el principio del fin. Los combustibles fósiles han pasado a ser los grandes enemigos del planeta, debido a las consecuencias negativas que imponen sobre el cambio climático y el calentamiento global. Este contexto ha llevado a varias corporaciones reconocidas a buscar nuevas vías para cumplir con las expectativas del mercado.
HICEV: el motor que no verás en España, pero que podría ser el principio de una nueva era
HICEV es la tecnología de los motores de hidrógeno en fase experimental con firmas como Toyota y Porsche. La ley española la contempla como vehículos cero emisiones. Son de combustión de hidrógeno y, aunque todavía no se ha vendido ninguna, varios fabricantes están trabajando en ellos. HICEV son las siglas de Hydrogen Internal Combustion Engine Vehicle, que significa «vehículo de combustión interna de hidrógeno«.
Todavía está en fase experimental, pero no es nueva. Fabricantes como Toyota o Porsche están investigándola otra vez. Buscan descubrir una nueva forma de continuar con el uso de motores de combustión interna que sean mucho más limpios que los actuales.
Un motor de combustión interna de hidrógeno produce energía por medio de la combustión de hidrógeno sustituyendo a la gasolina. Existen diferencias importantes con la pila de combustible. En una pila de combustible, el hidrógeno se usa para realizar una reacción química generadora de electricidad. Además, intervienen el calor y el vapor de agua. Por otra parte, en un modelo de combustión de hidrógeno, el H gaseoso se quema de forma directa como combustible, de forma parecida a un motor de gasolina.
Los motores de combustión de hidrógeno bajan de forma significativa las emisiones de gases contaminantes como el CO2, pero no los eliminan del todo. Durante su funcionamiento, el motor puede quemar pequeñas trazas de aceite del motor, lo que produce pequeñas cantidades de CO y CO2. No obstante, sigue siendo un paso hacia delante respecto a los vehículos convencionales que Europa trata de erradicar. También son menos contaminantes que los híbridos, por ejemplo, como los HEV o PHEV.
Toyota coquetea con el que podría ser el motor del futuro: España todavía no lo conoce
Toyota es un de las marcas defensoras del hidrógeno, tanto en pilas de combustible como en los motores de combustión. En los últimos tiempos, ha experimentado con el GR Corolla Sport de 300 caballos y con el modelo Toyota Corolla Cross H2 Concept, un SUV con motor 1.6 turbo de 3 cilindros, que obtenía su suministro del hidrógeno y tenía cambio manual.
En definitiva, este extraño motor que todavía no llega a España está considerado cero emisiones y podría ser el principio de una nueva era para el sector del transporte, como el hipermotor eléctrico.