Los objetivos climáticos 2040 son un paso necesario, pero tras los recortes sufridos resultan insuficientes. Recientemente, la Comisión Europea publicó una comunicación iniciando el proceso para establecer un objetivo climático intermedio para 2040, como parte de la ruta que la UE ha tomado hacia la neutralidad climática en 2050. El problema es que, según las ONG, no se reconoce todo el potencial que tiene el cambio de dietas para lograr plenamente estos objetivos.
Objetivos climáticos 2040 con demasiados ‘recortes’
El texto final ya no incluye una referencia a una reducción del 30% de las emisiones de GEI procedentes de la agricultura, aparte de las de CO₂, entre las que se encuentran las de metano que produce el ganado y/o las de N₂O de los suelos.
En estos objetivos climáticos 2040 se han eliminado partes fundamentales, en las que se reconocía el papel de los cambios en el estilo de vida, incluidos los cambios en la dieta, para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Desde un punto de vista más positivo, la comunicación destaca el papel de la industria alimentaria a la hora de contribuir a que los entornos alimentarios conviertan las dietas saludables en una opción fácil y asequible para los consumidores.
Esta ‘suavización’ en los objetivos climáticos 2040 se produjo tras las protestas de los agricultores que se han desarrollado en toda Europa. Los formuladores de políticas están respondiendo al descontento de los agricultores llegando a compromisos miopes. Y haciendo retroceder las políticas climáticas, en lugar de adoptar las medidas necesarias para obtener resultados sostenibles y a largo plazo.
Sin embargo, los sectores agrícola y alimentario tienen un gran potencial para permitir y promover los necesarios cambios en la dieta, reducir las emisiones perjudiciales para el clima tanto de CO2 como de otros GEI y mejorar la salud humana y animal. Solo falta que asuman ese rol.
Objetivos climáticos 2040: ¿Qué dicen las ONG?
Dra. Milka Sokolovic es la Directora General de la ONG Alianza Europea de Salud Pública (EPHA) y ha hecho estas declaraciones acerca de los objetivos climáticos 2040. El vínculo entre los patrones dietéticos y las emisiones de gases de efecto invernadero ya está más que probado y fuera de toda duda. Resulta incomprensible que la Comisión lo haya ignorado deliberadamente.
Si queremos tomarnos en serio la crisis climática, los responsables políticos de la UE deben regular los entornos alimentarios y hacer que nuestras elecciones alimentarias sean saludables y sostenibles por defecto. La Salud debe ser una prioridad, no un eslogan.
Para Reineke Hameleers, la directora ejecutiva del Eurogrupo para los Animales, en esta oportunidad la Comisión no reconoció la necesidad de pasarse a dietas saludables y ricas en plantas y criar menos animales y en condiciones mucho más estrictas para lograr los objetivos climáticos de la UE.
Y estos no se ven reflejados en los objetivos climáticos 2040. Sin esa transición, la Unión Europea será incapaz de alcanzar sus ambiciones en materia de bienestar animal y al mismo tiempo pondrá en peligro sus objetivos climáticos, medioambientales y sanitarios.
Según Monique Goyens, la Directora General de la Organización Europea de Consumidores (BEUC) las cosas están meridianamente claras respecto a los objetivos climáticos 2040. Por mucho que la Comisión intente tratar a los agricultores con guantes de seda, los hechos son los que son. Nuestros sistemas alimentarios y agrícolas contribuyen en gran medida al impacto climático de la UE.
Los consumidores están dispuestos a cambiar su forma de comer y a desempeñar su papel en la lucha contra el cambio climático, siempre que haya más disponibilidad y asequibilidad de alimentos sostenibles y saludables.
Ahora la pelota está en el tejado de la próxima Comisión Europea, que tendrá que desempolvar urgentemente la atrasada ley de Sistemas Alimentarios Sostenibles y ponerla sobre la mesa. Dicha ley debe incentivar a la industria y a los minoristas a apoyar mejor a los consumidores en la necesaria y urgente transición.