¿Qué es la crisis climática? Esa es una pregunta que suelen hacerse nuestros lectores y que hoy queremos aclarar. La emisión de gases de efecto invernadero es la principal causa del de la crisis climática que sufre el planeta. Y cuyas consecuencias, que los expertos vienen prediciendo hace años, a día de hoy son una grave realidad.
El aumento de inundaciones, la desaparición de glaciares, permafrost y hielo marino, las cada vez más frecuentes y prolongadas sequías, el crecimiento del nivel del mar, la mayor incidencia de fenómenos meteorológicos, los gravísimos y crecientes episodios de desertificación son algunas de las mencionadas consecuencias. Pero no las únicas.
Hay seres que son más vulnerables que otros. Como los que se encuentran amenazados en la lista Roja de la UICN, los que padecen por la contaminación o los que son endémicos de ciertas zonas. O, en el caso de los humanos, los que son más proclives a padecer zoonosis, no tienen recursos ni educación o viven en las zonas más afectadas.
¿Cómo hemos llegado hasta aquí?
La intensidad de la crisis climática no hace más que aumentar de forma acelerada en las últimas décadas. Ello se debe a cambios en la actitud, en el comportamiento y en la percepción del ser humano, hacia el Medio Ambiente, por un lado, y al consumo excesivo, por el otro.
Los países más avanzados del mundo han adquirido su opulencia y prosperidad, esencialmente a costa del Medio Ambiente. Su prioridad ha sido una vida de confort y abundancia, sin proyecciones a futuro. Hoy en día promueven con ahínco la educación ambiental, la sostenibilidad y la resiliencia. Y la toma de conciencia de que es necesario un cambio de conducta en el uso de los recursos que nos brinda la naturaleza.
Los países más pobres son los que acaban pagando los platos rotos de las acciones de los más poderosos. La contaminación, el calentamiento global y las catástrofes naturales son nefastas para ellos. Además de los desafíos ambientales urbanos, como la mala gestión de los residuos, la contaminación del aire y la degradación de las masas de agua.
Muchos problemas relacionados con el Medio Ambiente y la salud de la biosfera son, simplemente, una acumulación de pequeños daños aportados individualmente. Con un poco de esfuerzo y cuidado ejercidos por cada persona, los cambios serían enormes y minimizarían el problema.
¿Qué se está haciendo contra la crisis climática?
Se han llevado a cabo innumerables reuniones mundiales con el fin de obtener un compromiso global para dar solución a la presente crisis climática. La COP21, fue la que consiguió poner de acuerdo a la gran mayoría de los países participantes. De hecho, se consiguió un pacto claro para luchar contra la crisis climática, aunque no vinculante.
El problema es que las subsiguientes cumbres no han hecho mucho para hacer realidad los objetivos de la de París. Por lo que mantener el aumento de las temperaturas antes de fin de siglo por debajo de 1,5 °C y un máximo de 2 °C se diluye entre conversaciones inanes. Y aún no hay una fecha cierta para acabar con los combustibles fósiles.
Una buena conciencia de los problemas relacionados con la vida silvestre, los ecosistemas naturales, su degradación y conservación, sigue siendo parte de la solución. Y es la que defienden quienes saben que el esfuerzo debe ser conjunto. Pero que los que más contaminan deberían ser los que más se esfuercen por dar soluciones.
Educar y concienciar para superar la crisis climática
Una serie de actividades ecológicamente perjudiciales podrían ser detenidas, simplemente proporcionando una comprensión adecuada de las consecuencias que tal acción puede tener, sobre las personas directa o indirectamente involucradas.
Las personas, las comunidades y la sociedad humana en su conjunto deben adquirir la habilidad, la voluntad y la experiencia, para actuar individual y colectivamente. Con el fin de hacer frente a la crisis climática actual. Sin una atmósfera de entendimiento general es difícil obtener la cooperación de todos los involucrados. La formación ambiental se considera un recurso muy eficaz, que podría permitir un cambio real, hacia la concientización de la existencia de un problema y, por consiguiente, a encontrarle solución.
Pero no hay ninguna duda de que la clave de la superación de la crisis climática está en conseguir que la voluntad de la humanidad se aúne. Y tenga por objetivo salvar el único planeta que tenemos para vivir. Mientras se sigue perdiendo el tiempo entre pactos y conversaciones, el punto de no retorno se acerca inexorablemente.