El manejo de las circunstancias ambientales en la Isla transcurre en condiciones diferentes en comparación con otros países, en virtud de su sistema político, económico y social, y uno de sus principales elementos es la sostenibilidad.
Por ser altamente vulnerable a la intensidad del cambio climático global y la condición de pequeño estado insular, Cuba jerarquiza la adaptación de su población y la reducción de vulnerabilidades al calentamiento de la atmósfera y las nefastas consecuencias en el efecto invernadero.
El manejo de las circunstancias ambientales en la Isla transcurre en condiciones diferentes en comparación con otros países, en virtud de su sistema político, económico y social, y uno de sus principales elementos es la sostenibilidad.
Entre las iniciativas en ese sentido figura la elaboración del macroproyecto sobre peligros y vulnerabilidades costeras para el período 2050-2100, cuando se espera el aumento de los impactos por la mayor frecuencia e intensidad de ciclones tropicales, crecidas, sequías y otros fenómenos naturales.
Si el hecho evidencia considerable preparación estratégica, también demuestra que sus antecedentes datan de la aplicación de programas de la revolución energética, los cuales se basaron en la instalación de baterías de grupos electrógenos diesel de elevada calidad y eficiencia.
Las investigaciones sobre amenazas y fragilidades llevaron al desarrollo de metodologías para su identificación, cálculos y la exposición a fenómenos de origen natural, entre ellos intensas lluvias, penetraciones del mar, fuertes vientos, sequías, deslizamientos de tierra, sismos e incendios rurales.
Ejemplo elocuente es la existencia de mapas de inundación en el Municipio Especial de Isla de la Juventud y en el Mariel, en la provincia de Artemisa, debido a invasiones marinas durante ciclones tropicales y torrenciales aguaceros.
Incluso, los especialistas laboran en la conformación a largo plazo de la Red Ambiental de Monitoreo sobre el estado y calidad de la zona costera.
Además, en la incorporación al proceso de adaptación a los programas, aparecen planes y proyectos vinculados a la producción de alimentos, manejo integral del agua, ordenamiento territorial costero e higiene epidemiológica.
También en anexar la educación ambiental sobre el propio tema a los niveles del sistema de enseñanza de la nación.
Semejante atención demanda este macroproyecto sobre peligros y vulnerabilidades en el que intervienen más de 300 personas, cerca de 200 especialistas y expertos de 12 instituciones científicas y tecnologías integradas.
Aunque en 2009 fue concluida la segunda versión del mapa informe de alerta temprana del archipiélago cubano ante el impacto de las transformaciones climáticas, son incorporadas evidencias científicas comprobadas y modelos de criterios de expertos en la materia.
Nadie en Cuba puede desestimar que la atemperación a los embates hidrometeorológicos es decisiva si se considera como dificultad esencial, actual y perspectiva, la sobreelevación del nivel medio del mar por la surgencia y el oleaje de eventos extremos.
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