China ha puesto en marcha un aerogenerador de 130 metros que ha provocado algo completamente inesperado. Un proyecto tan impactante como el aerogenerador más alto que la Torre Eiffel que está levantando Alemania. En un mundo cada vez más preocupado por la sostenibilidad y la producción de energía limpia, los aerogeneradores han pasado a ser piezas claves en la industria de energía eólica y en el contexto actual de transición energética. La relevancia de estos dispositivos radica en su capacidad para impulsar la eficiencia en la producción de energía.
De esta manera, se reduce la dependencia del ser humano a los combustibles fósiles y se contribuye al alcance de un futuro más sostenible. Los aerogeneradores, con sus monumentales estructuras, son verdaderos gigantes modernos que, pese a la simplicidad de su proceso, tienen un gran peso en el panorama energético mundial. Su razón de ser es capturar y convertir la energía cinética del viento en una forma de electricidad que puede usarse para aportar suministro a hogares, industrias y comunidades enteras.
Lo que transforma a los aerogeneradores en algo tan especial para el sector energético es su habilidad para aprovechar un recurso natural abundantemente disponible: el viento. Cuando este llega a las gigantescas palas del aerogenerador, estas giran e impulsan un generador interno que convierte esta energía mecánica en electricidad. Este proceso se repite en miles de aerogeneradores distribuidos por todo el mundo, desarrollando una red de energía limpia y renovable a gran escala. Si bien esta energía ya acapara gran parte de la atención de la industria, ahora es China la que está en portada por poner en marcha un aerogenerador de 130 metros.
China se anima y lanza un aerogenerador único
El fabricante chino Sany Renewable Energy ha instalado el aerogenerador terrestre más grande y potente visto hasta el momento. Lo ha llamado SI-270150 y dispone de una capacidad de 15 megavatios. La firma de China asegura que una sola turbina eólica de esta categoría puede crear suficiente electricidad como para aportar suministro a 160.000 hogares durante un año. Ensambladas por primera vez en Tongyu, provincia de Jilin, el diseño de cada pala ha sido “confeccionado” para capturar la mayor cantidad posible de viento.
Cuentan con una longitud de 131 metros y componen un rotor de 270 metros de diámetro. Un dato destacado es que las tecnologías con las que fue desarrollado disminuyen su carga estructural. El sistema de transmisión emplea un soporte del eje principal con doble rodamiento de rodillos cónicos que permiten el soporte de grandes cargas y brindan estabilidad al rotor. Este diseño también extiende su vida útil. Sany enfatiza que su nuevo aerogenerador puede trabajar durante 30 años producto de sus óptimos procesos de fabricación y materiales ligeros de alta calidad.
El primer prototipo, ya instalado, vivirá más de un año de pruebas en un parque eólico experimental. La meta es verificar la viabilidad de sus componentes en condiciones reales antes de comenzar su comercialización. Con piezas cada vez más avanzadas, China sigue consolidándose como líder en el mercado eólico, además de la fotovoltaica. El país ya dispone del 65% de la capacidad eólica global y 4 de los 5 principales fabricantes de aerogeneradores.
China impacta la industria eólica con un aerogenerador que todos los países querrían tener
Pese a su enorme eficiencia, no existen muchas probabilidades de que hallemos aerogeneradores tan grandes como el de Sany en Europa en el futuro próximo. No tanto por la dificultad de obtención de permisos, sino especialmente por el reto logístico que supone su transporte.
Movilizar palas de 131 metros por carretera es una misión compleja o, en algunos casos, imposible en muchos de los países europeos. Por esta razón, estos equipos están dirigidos sobre todo al mercado chino y en localizaciones específicas en las que las condiciones permiten que proyectos así sean viables.
Asimismo, la firma de China Mingyang Smart Energy desplegó hace un tiempo atrás el aerogenerador offshore más grande del mundo, con una potencia de 20 MW. Parte de su éxito se debe a su innovador sistema anti-tifones que garantiza la producción de energía aun durante tormentas violencias y abre la puerta a una nueva manera de aprovechar la energía eólica en zonas expuestas a condiciones climáticas adversas.
Lo que nadie anticipó es que su activación ha generado alteraciones en el microclima de la zona instalada. Se han realizado estudios que han manifestado que turbinas de este tipo alteran el microclima cercano y los patrones locales del viento, ocasionando variaciones en la velocidad del viento y la distribución de las temperaturas en áreas cercanas. Los investigadores monitorizan estos cambios para analizar el impacto provocado a largo plazo.
China hace historia con más de un aerogenerador logrando proezas con las que nunca podría soñar este tulipán que produce energía en el jardín de casa.