El mundo vislumbrara un futuro energético marcado por la presencia de China, que se esfuerza por traer al mercado las últimas innovaciones. Hace un tiempo atrás, se supo que un grupo de investigadores de la Universidad de Nankín (China) crearon un sistema para convertir las ventanas en placas solares. Una tecnología capaz de revolucionar el sector energético, junto con otras piezas de gran relevancia. Sin embargo, lo que se está gestando en España podría arrebatarle al país asiático el lugar privilegiado que pretendía tener en la industria.
China pensaba que iba a dominar el futuro de la tecnología energética, pero España sorprende
Tras comunicarse que China podría sustituir los paneles solares tradicionales por algo que parecía imposible, España ha dicho “presente” en el sector. Uno de los focos principales de China en el ámbito de la energía solar es la mejora de la eficiencia de los paneles solares de perovskita.
En contraposición, España ha centrado su atención en resolver otro importante desafío: la estabilidad. Y lo está haciendo con un propósito claro: despedirse del silicio. Hasta ahora, el silicio ha ocupado un lugar privilegiado en la fabricación de paneles solares.
Sin embargo, este paradigma ha comenzado a quebrarse a raíz de la perovskita. En Madrid, un equipo de IMDEA Nanociencia ha conseguido que una célula registre un 25,2% de eficiencia certificada, casi igualando el récord mundial del 26,7%.
Además, ha desarrollado un mini-módulo de 25 cm2 que conserva una eficiencia del 22,1%, junto con una estabilidad extraordinaria. En la investigación pertinente, plasmada en Advanced Materials, se ha expuesto que la perovskita promete costes más bajos, flexibilidad, ligereza y la posibilidad de reciclar el recurso.
Una realidad diferente a la del silicio, cuya fabricación es cara y está prácticamente controlada por China. La durabilidad es otro aspecto a considerar. Las células creadas con el nuevo material PTZ-F1 conservan un 95% de su rendimiento pasadas 3600 horas de pruebas en circunstancias exigentes (protocolo ISOS-D-1).
Una nueva era se acerca a la energía solar
No son prototipos frágiles de laboratorio. Al contrario, se trata de dispositivos capaces de aguantar el paso del tiempo haciendo frente al Sol, la humedad y el calor. Este intrigante progreso está basado en el diseño de moléculas denominadas spiro-fenotiazinas.
Su rol es de “transportadores de huecos”, una capa vital en la célula solar. El compuesto PTZ-F1 impide la migración de iones de litio, que suele ser uno de los principales motivos de degradación. La idea es la construcción de una separación compacta que protege el material y mejora su eficiencia.
A nivel práctico, quiere decir que los módulos de perovskita ya no solo son más potentes. También más resistentes. China ha puesto un mayor énfasis en la eficiencia. Un informe de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Huazhong anotó un récord del 28,8% con una célula en tándem totalmente de perovskita, sin necesidad de silicio.
Avances como el de España confirman que la perovskita no solo está a la altura del silicio, sino que también puede superarlo en contextos en los que todavía no ha llegado. Por ejemplo, fachadas, ventanas, oficinas o hasta dispositivos portátiles. Pero más allá de lo que sucede en los laboratorios del mundo, el gran reto es llevar esta tecnología al mercado.
Realidad y perspectiva de futuro de la perovskita
En la actualidad, la Unión Europea depende en gran parte de China para el desarrollo de paneles solares, según consigna un informe de Ember. Iniciativas como la de IMDEA buscan eficiencia, pero también acotar esa dependencia.
El futuro solar ya no dibuja un horizonte solo con silicio. La perovskita se está convirtiendo en una alternativa real para el mercado. Con esta propuesta, España quiere formar parte de este proceso, que parece tener a China enclavada. En paralelo, China sigue ganando notoriedad con proyectos como este, que planea forrar una conocida isla de paneles solares.