Un desierto iba a ser la cuna de la energía para cientos de miles de personas. Sin embargo, el proyecto que comenzó cargado de ilusión terminó convertido en un fracaso. Las vastas extensiones de terreno árido son escenarios esenciales en el combate contra el cambio climático.
Su potencial para crear energía renovable es innegable, dado que en ellos el Sol brilla más horas al día que en cualquier otro punto del mundo. Este aspecto los transforma en ubicaciones óptimas para la instalación de plantas solares.
Vegetación escasa y baja densidad poblacional acotan los posibles conflictos por el uso del suelo y las molestias que pueden provenir de este tipo de instalaciones. La instalación de grandes instalaciones solares en áreas desérticas proporciona una forma eficiente de aprovechar la energía solar. Sin embargo, pese a su potencial, no todos los proyectos desérticos prosperan.
Pretendían que este desierto se hiciera conocido por su producción de energía, pero algo pasó
Con el invento del siglo se consiguió producir agua de la nada y en pleno desierto. Algo que no pudo concretarse hace más de una década con el proyecto Crescent Dunes. Se abrió en el desierto de Nevada, Estados Unidos, con la firme esperanza de revolucionar la energía renovable.
La iniciativa desplegó 10 347 espejos orientados hacia una torre central de 200 metros. Se alzó como la segunda planta de energía termosolar con almacenamiento en sales fundidas del mundo, solo por detrás de la española Gemasolar.
El propósito con Crescent Dunes era brindar suministro de energía limpia a un público de más de 100 000 individuos. Las expectativas eran altas, pero quedaron en la nada. En su lugar, significó un fracaso de 1000 millones de dólares.
No obstante, una década después de su inauguración, la iniciativa está obteniendo mayor notoriedad por su estética visual. Este proyecto fue impulsado por la compañía californiana SolarReserve consiguió atraer a inversiones de la categoría de Warren Buffet y Citigroup.
El alcance fue tal que también dispuso de préstamos del Gobierno de Estados Unidos. Firmó una alianza con la empresa eléctrica de Nevada, NV Energy, que prometió que se otorgarían 500 000 MWh anuales por 25 años.
Este desierto parecía el sueño hecho realidad de la energía: terminó siendo su pesadilla
Las ilusiones quedaron rotas a causa del alto costo del mantenimiento de las instalaciones y el salario de los trabajadores. Estas premisas hicieron que el proyecto fuera inviable. A esta situación se le añade que la energía producida en Crescent Dunes no era económica.
Todo esto originó que en 2019 NV Energy interpusiera una demanda contra SolarReserve por incumplir el contrato establecido. Los inversores también decidieron dar un paso atrás y demandar a SolarReserve por una mala administración.
Crescent Dunes fue declarada en quiebra en 2020 y fue expropiado al Gobierno. Bill Gould, cofundador de SolarReserve, manifestó que la gran culpable de esta derrota era la firma española ACS Cobra, responsable de la ingeniería de planta.
Acusó a esta compañía de diseñar un depósito de almacenamiento defectuoso. Es de contemplar que, para 2015, momento en el que se abrió Crescent Dunes, la energía termosolar ya respondía a un término obsoleto.
¿En qué estado está hoy la planta de energía termosolar del desierto de Nevada?
Las plantas de este tipo se diferencian de las fotovoltaicas en que tienen heliostatos que persiguen el Sol con sus espejos. Esto con el fin de concentrar la luz en una mezcla de sales fundidas. La promesa de la planta era almacenar energía térmica para generar electricidad de forma constante y flexible.
Sin embargo, su alto costo hico de la energía fotovoltaica una alternativa más seductora. Crescent Dunes volvió a abrir en el año 2021 bajo las órdenes de ACS. Además, regresó con un nuevo contrato con NV Energy. Sin embargo, su desempeño no se ha destacado. Más bien, ha sido modesto.
En 2022, generó solo 80 236 MWh, extremadamente lejos de los ambiciosos objetivos de los que se hablaba hace años. Iban a cambiar el mundo desde el desierto de Nevada, creando energía para cientos de miles, pero solo consiguieron este fracaso de 1000 millones. Siguiendo esta línea, esto fue lo pasó en China tras cubrir todo un desierto con paneles solares.