Las dos Españas se encuentra divididas por una tajante decisión: implementar paneles solares flotantes o no. Si el exhaustivo control de calidad al que se someterán los paneles logró sorprenderte, no puedes perderte lo que te vamos a contar a continuación. A la hora de instalar placas solares, factores como la orientación, las sombras o la disponibilidad del espacio motivaron al sector energético a explorar diferentes alternativas para acceder a la energía solar.
En grandes escalas, han ido apareciendo diferentes soluciones y una de las propuestas más destacadas es la energía fotovoltaica flotante. Este sistema impulsa el uso de las energías limpias y ayuda a mitigar el problema del espacio vinculado a los paneles solares terrestres. Según un estudio de Nature Sustainability, esta fuente de energía podría sobrepasar los 9.000 teravatios de energía, dando lugar a la autonomía energética de algunas ciudades.
La energía fotovoltaica flotante se trata de una tecnología que implica la instalación de paneles solares en superficies de agua. Espacios óptimos para ello pueden ser embalses, canteras o yacimientos de extracción de minerales. Esta práctica permite el aprovechamiento de las superficies acuáticas para cubrir la creciente demanda de energía solar. Tras descubrirse la alta huella ambiental de los combustibles fósiles, ahora su demanda necesita ser cubierta por energías renovables y ahí es donde entra en juego la solar.
España se encuentra dividida por los paneles solares flotantes
En Aragón, el Partido Popular y Vox gobiernan con mayoría absoluta y están impulsando la prohibición de instalaciones fotovoltaicas flotantes en los embalses. Una realidad completamente contrapuesta a la que se está viviendo en Andalucía, donde el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación fomenta el autoconsumo fotovoltaico en clave flotante.
También se contempla la posibilidad de implementar las placas solares sobre una balsa de riego que producirán la electricidad que necesitan los agricultores regantes para bombear el agua hasta su destino. Por medio de su compañía pública instrumental, la Sociedad Mercantil Estatal de Infraestructuras Agrarias (Seiasa), el ministerio mencionado otorgó el mes pasado una instalación solar fotovoltaica flotante a la Comunidad de Regantes Sindicato de Riegos de Cuevas del Almanzora (Almería).
Dicha instalación ha sido desarrollada sobre la balsa de Abellán “para autoconsumo de la comunidad para regantes”. La llegada de esta infraestructura hará posible que los agricultores del sindicato aprovechen la energía solar generada durante las horas diurnas para bombear agua hasta la balsa de Ballabona. Brinda ventajas a 150 regantes con 800 hectáreas cultivadas, que disminuirán sus costes energéticos y dispondrán de más agua para el riego.
Tanto el bombeo como la nueva fotovoltaica están controlados a través de tecnologías de la información que admiten una gestión integral. Por su parte, la obra ha necesitado de una inversión de 1.143.545,90 euros.
Hay dos Españas divididas por una decisión energética: los paneles solares flotantes las enfrentan
A diferencia de lo que sucede en Almería, las Cortes Aragonesas han prohibido la instalación de placas fotovoltaicas flotantes en los embalses. Pese a que el Consejo de Ministros aprobó un Real Decreto que regula su instalación, en Aragón han tomado esta drástica decisión por considerar estas infraestructuras un problema paisajístico y de sequía. A esta situación se agregan los problemas que tienen respecto a la gran capacidad solar y eólica de la comunidad.
Los paneles solares en los embalses disminuyen la evaporación del agua en zonas de sequía. Cubriendo de forma parcial la superficie del embalse, los paneles bajan la exposición directa al sol y al viento. Así, la energía producida facilita el bombeo de agua a otras áreas.
Mientras se resuelve esta división entre la dos Españas por los paneles solares flotantes, su territorio sigue expandiendo el uso de renovables de todo tipo. Solo hace falta mirar el primer parque solar creado por robots de España para corroborarlo.