Sevilla permanece pendientes de sus embalses, con capacidad para cuatro años. Una noticia que impacta tanto como la decisión de España de tapar ríos y embalses con esto. La producción de energía en pantanos y embalses emerge como una solución vanguardista y sostenible en la búsqueda de alternativas energéticas.
A través del aprovechamiento de la fuerza del agua y la biodiversidad de los ecosistemas, esta técnica no solo coopera con la generación de energía renovable, sino que también fomenta la conservación del medio ambiente.
En un planeta cada vez más demandante de fuentes de energía limpias, explotar el potencial de los pantanos y embalses es vital para el establecimiento de un futuro más ecológico. Las centrales hidroeléctricas de embalses se tratan de una fuente eficiente de energía renovable.
Emplean el agua acumulada en embalses, naturales o artificiales, por medio de la construcción de presas. Cuando el agua fluye hacia abajo, su movimiento impulsa turbinas que transforman la energía hidráulica en electricidad.
Este procedimiento produce energía limpia y contribuye a la regulación del flujo del río, garantizando un ciclo sostenible y controlado en la generación eléctrica. La energía hidráulica se crea en centrales hidroeléctricas, donde la fuerza potencial del agua almacenada en embalses se aprovecha.
Conforme el agua desciende, su energía cinética se convierte en mecánica con el movimiento de las turbinas, que ofrecen electricidad. Se trata de un proceso eficiente y basado en un recurso renovable.
Sevilla no pierde de vista sus embalses, que tienen capacidad para los próximos 4 años
Los embalses que ofrecen suministro a Sevilla terminaron el año 2024 con agua para el consumo de los próximos cuatro años. Después de un año convulso para los embalses de Sevilla, 2024 cerró con buenas noticias hidrológicas y agua para el consumo asegurada para los próximos 4 años.
Según registra El Diario de Sevilla, “es lo que se desprende de las cuentas que hace el Ayuntamiento de Sevilla, mediante la Empresa de Abastecimiento y Saneamiento de Aguas de Sevilla (Emasesa)”.
Prestando atención a estos datos, 2025 comienza con las reservas al doble de las que dieron la bienvenida al año 2024: 64,8%. Hace tres meses, el porcentaje registrado era del 29,8%. En su totalidad, 597 hectómetros cúbicos frente a los 275 recopilados a finales de 2023. El embalse Gergal es el que muestra un aspecto más satisfactorio, con 98% de su capacidad y 34.37 hectómetros cúbicos acumulados de un total de 35 a finales de 2024.
En la misma fecha en 2023, el embalse solo contaba con 18 hectómetros cúbicos. A mediados de noviembre, el embalse dejó un panorama impensado. El imponente volumen de agua acumulada obligó a la apertura de sus compuertas hasta en dos oportunidades en menos de 7 días para desembalsar.
Dichos episodios de alivio se generan cuando el embalse alcanza su nivel máximo por las aportaciones de lluvia en su cuenca o la suelta de agua desde otros embalses aguas arriba.
Sevilla confía en la capacidad de sus embalses: los números no mienten
Otro pantano con una importante cantidad de agua es el de Melonares, con una capacidad de 185,6 hectómetros cúbicos. El volumen embalsado en esta ocasión es de 175,5, por lo que se sitúa más cerca de tener que desaguar si las precipitaciones se apresuran este año. En cualquiera de los casos, estamos ante una cifra más que significativa si tenemos en cuenta que es el embalse más prominente de la provincia.
El diario ya mencionado consultó con fuentes de Emasesa que aseguraron que Melonares no contaba con un volumen de agua parecido desde hacía más de cuatro años (junio de 2020). En diciembre de 2023, apenas sobrepasaba los 80 hectómetros cúbicos, casi la mitad de lo anotado recientemente.
Bajo esta premisa, Sevilla está pendiente de sus embalses, con capacidad suficiente para los próximos 4 años. Una noticia que impacta tanto como la colosal central hidroeléctrica que estrenará esta región española.