Celebrar y reflexionar
El Snow World Day lo creó la Federación Internacional de Esquí y es mundialmente conocido, ya que en todos aquellos lugares en los que se puede disfrutar de los deportes invernales se suelen organizar eventos especiales, jornadas familiares, competiciones y todo tipo de actividades relacionadas con la nieve.
Existen diferentes tipos de deportes, que necesitan de la nieve o al menos de temperaturas muy bajas para ser practicados como es el caso del esquí en todas sus variantes, el snowboard, las carreras de trineos o el patinaje sobre hielo. Pero también hay otras actividades deportivas relacionadas con el frio y la nieve, como las travesías de montaña, el alpinismo o el senderismo con raquetas.
En este día también se promueve la concienciación acerca de los grandes peligros que pueden acechar a quienes se aventuran a desafiar a este fenómeno, como son los aludes o las nevadas copiosas y en cotas bajas, que muchas veces son imprevisibles y han costado innumerables vidas humanas.
Nieve: necesaria, pero peligrosa
La nieve es parte del ciclo natural del agua, ya que esta cae en invierno y se acumula en zonas montañosas, que actúan como espacios de acopio de agua dulce. En cuanto llega la primavera, se produce el fenómeno contrario, es decir el deshielo, momento en el cual toda esa agua se suma a las corrientes fluviales a las que alimenta y muchas veces, origina.
España es uno de los países en los que más claramente se puede apreciar lo beneficioso que resulta para sus ríos, arroyos y embalses, el aporte hídrico del derretimiento de las nieves invernales, ya que este fenómeno resulta imprescindible para mantener el equilibrio ecológico en zonas en las que las precipitaciones bajan drásticamente en las estaciones más cálidas.
La climatología toma en cuanta una serie de factores que le permiten predecir el tiempo y también dar pautas acerca del futuro climático del planeta y la nieve es uno de ellos. Se contabilizan y comparan las cantidades caídas, las cotas, la frecuencia de las nevadas, los lugares en las que se dan, si están relacionadas con otros fenómenos como el granizo o las tormentas eléctricas, etc.
Resulta de fundamental importancia estudiar la evolución de la nieve a lo largo de los años, ya que su presencia o ausencia pueden ser definitoria para el futuro del planeta. Si los casquetes polares desaparecieran, no solo aumentaría el nivel del mar de forma abrupta, sino que podría modificarse la inclinación del eje de la tierra.
Las zonas nevadas actúan como enormes reflectores de la luz solar, además, resulta tan importante su presencia, que, si toda la nieve que cae anualmente no lo hiciera en forma de cristales sino como precipitaciones, los ríos se desbordarían, las montañas podrían erosionarse a un ritmo mucho más acelerado y el paisaje orográfico cambiaría drásticamente en pocos años
Otro de los sitios donde la nieve resulta de enorme importancia es en los glaciares, que mantienen sus espesores gracias a las nevadas. De hecho, en los sitios en los que ha disminuido este fenómeno, estos enormes depósitos de agua dulce están derritiéndose de manera alarmante.
Las nieves no solo son útiles para los ecosistemas, sino que su presencia es imprescindible en ciertos lugares en los que, tanto los animales como las plantas se han adaptado física, social y bioquímicamente a sus ciclos, por lo que dependen de que las nevadas caigan puntualmente cada año para poder sobrevivir.
¿Hay alguna relación entre el cambio climático y los fenómenos como Filomena?
Ante la advertencia de los científicos de la gravedad del calentamiento global que experimenta el planeta, la gente se pregunta si este tipo de fenómenos están relacionados con el cambio climático y la respuesta es un rotundo si, puesto que las acciones antropogénicas han acelerado dicho cambio y los eventos extremos de frío y, especialmente los de calor serán cada vez más frecuentes.
El clima evoluciona y la superficie de la Tierra sigue calentándose. Desde que se lleva la cuenta, el 2020 ha sido el año más cálido de la horaria del continente europeo y a nivel mundial, está empatado con el 2016. Según las estadísticas, por cada episodio de frío intenso y nieve como Filomena, el mundo experimenta entre 17 y 18 situaciones de extremo calor.
Este tipo de fenómeno que en esta oportunidad afectan al norte asiático y a Europa, como pasó con la reciente borrasca Filomena, son el resultado de un calentamiento súbito que experimenta la estratosfera, generado por un aumento de la temperatura en las zonas polares (en este caso en el Ártico), que desencadenó fuertes nevadas y olas de frío en latitudes inferiores.
La tristemente célebre borrasca Filomena es el más reciente de estos eventos: hace unos pocos días cubrió media nación con un espeso manto de nieve, gracias a nevadas que alcanzaron cota cero. Estas situaciones se deben al cambio climático e irán en aumento. Si no comenzamos a cambiar de hábitos ahora, en poco tiempo podría no quedar mucho para salvar de nuestro planeta, el único habitable que conocemos.