Cada 6 de octubre se celebra el Día Internacional de la Geodiversidad, una jornada que busca dar visibilidad a la importancia del patrimonio geológico de la Tierra y a su papel esencial en la vida humana y en los ecosistemas. Esta efeméride fue proclamada en 2021 por la UNESCO, como una manera de complementar el Día Internacional de la Madre Tierra y el Día Mundial del Medio Ambiente, poniendo de relieve un aspecto menos conocido pero igualmente fundamental de la naturaleza: la diversidad geológica.
Cuando hablamos de geodiversidad, nos referimos a la variedad de elementos no vivos que forman parte de la Tierra: rocas, minerales, fósiles, suelos, paisajes, relieves, formaciones geológicas y procesos que han modelado el planeta a lo largo de millones de años. Aunque a menudo pasa desapercibida frente a la biodiversidad, la geodiversidad constituye la base física sobre la cual se desarrollan los ecosistemas y la vida misma.
La importancia de la geodiversidad
La geodiversidad está estrechamente ligada a múltiples aspectos de la vida humana:
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Recursos naturales: de ella obtenemos minerales, combustibles fósiles, materiales de construcción y fuentes de energía como la geotermia.
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Agua: los acuíferos, glaciares y formaciones rocosas permiten almacenar y filtrar el agua que consumimos.
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Alimentos: la fertilidad de los suelos depende de la composición geológica y de los procesos que los originaron.
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Cultura e identidad: muchos paisajes geológicos se convierten en símbolos culturales y turísticos, además de ser testigos de la historia de la Tierra.
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Protección frente a riesgos: conocer la geología permite comprender y mitigar desastres naturales como terremotos, erupciones volcánicas o deslizamientos de tierra.
Sin geodiversidad no existiría biodiversidad, ya que los suelos, climas y paisajes que hacen posible la vida derivan directamente de procesos geológicos. Por ello, el Día Internacional de la Geodiversidad tiene como propósito resaltar que cuidar y estudiar estos elementos es tan importante como proteger a las especies vivas.
Al declarar el 6 de octubre como Día Internacional de la Geodiversidad, la UNESCO buscó generar conciencia sobre la necesidad de conservar el patrimonio geológico y promover la educación en ciencias de la Tierra. La organización enfatiza que la geodiversidad es clave para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente en lo relativo al agua limpia (ODS 6), la acción por el clima (ODS 13), la vida de ecosistemas terrestres (ODS 15) y la educación de calidad (ODS 4).
Los Geoparques Mundiales de la UNESCO son un ejemplo concreto de cómo se puede promover la geodiversidad de forma sostenible. Estos territorios, distribuidos en distintos continentes, combinan la conservación geológica con la participación comunitaria y el turismo responsable, generando beneficios económicos y educativos para las poblaciones locales.
Retos para la protección de la geodiversidad
A pesar de su relevancia, la geodiversidad enfrenta diversas amenazas:
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Explotación indiscriminada de recursos minerales y energéticos, que degrada paisajes y agota materiales no renovables.
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Urbanización y expansión agrícola, que alteran el relieve y reducen la integridad de los suelos.
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Cambio climático, que afecta glaciares, acuíferos y costas, generando pérdida de paisajes únicos.
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Falta de conocimiento y sensibilización pública, ya que la mayoría de las personas no percibe la geología como un elemento vital.
Estas amenazas hacen necesario un enfoque integral de gestión, que considere la geodiversidad como parte del patrimonio natural a proteger y no únicamente como un recurso económico. De ahí las acciones y educación para un futuro sostenible.
El Día Internacional de la Geodiversidad invita a los países, comunidades y ciudadanos a promover actividades educativas, exposiciones, excursiones y charlas que acerquen la geología a la sociedad. Conocer la historia de una roca, un fósil o un relieve permite comprender mejor la dinámica del planeta y el papel que desempeñamos en su conservación.
A nivel individual, se pueden apoyar estas iniciativas mediante la visita responsable a parques naturales y geoparques, la difusión de información científica y el respeto a normas que protegen áreas de interés geológico. Asimismo, es fundamental integrar la enseñanza de la geodiversidad en los programas escolares para formar nuevas generaciones conscientes de su valor.
El Día Internacional de la Geodiversidad no es solo una celebración académica, sino un recordatorio de que los cimientos de nuestra existencia están en la Tierra misma. La diversidad de suelos, rocas, montañas, volcanes y paisajes no solo ha moldeado la vida en el pasado, sino que seguirá determinando el futuro de la humanidad frente a los desafíos del cambio climático y la sostenibilidad.
Reconocer, valorar y proteger la geodiversidad es garantizar la continuidad de los ecosistemas y la resiliencia de las sociedades. El 6 de octubre, por tanto, debe ser entendido como una invitación a mirar el suelo que pisamos, a apreciar la historia que cuentan las piedras y a comprometernos con el cuidado de la Tierra en todas sus dimensiones. ECOticias.com