Mucha gente se pregunta: ¿Nos estamos quedando sin agua? Esa es una realidad muy plausible, pero, se sabe poco sobre la relación que existe en cuanto al uso de este elemento por sectores. Para dar a conocer este tema, un grupo de investigadores del Departamento de Geografía Física de la Universidad de Utrecht se puso manos a la obra.
Para ello evaluó las respuestas del empleo sectorial del agua durante sequías, olas de calor y eventos compuestos (combinados) a escala global. Y concluyeron que se encuentran respuestas sectoriales más fuertes en su uso ante las olas de calor, en comparación con los impactos durante las sequías.
La investigación es el primer estudio global que cuantifica las respuestas sectoriales al empleo del agua ante sequías extremas, olas de calor y eventos compuestos. Las respuestas sectoriales al uso del agua evalúan cómo se ve afectado el empleo del agua de los sectores (doméstico, riego, energía termoeléctrica, manufactura y ganadería) por la ocurrencia de sequías, olas de calor y eventos compuestos
Estos factores podrían llevarlos a aumentar o disminuir su empleo o a no mostrar ninguna reacción particular a estos extremos hidroclimáticos. Se analizó una gran cantidad de datos sobre la utilización hídrica sectorial a escala global, nacional y local durante los últimos 30 años. “Nos centramos las cantidades utilizadas por varios sectores, especialmente riego, ganadería, doméstico, energético y manufacturero.
Impactos sustanciales del empleo del agua
El análisis muestra que los eventos extremos de los últimos treinta años tuvieron impactos sustanciales en los patrones de uso del agua. La gran mayoría de ellos influenciados por el calentamiento global. Pero estas respuestas difieren mucho según el sector y la región en todo el mundo.
“Los factores socioeconómicos y los planes públicos de gestión hídrica influyen fuertemente en las respuestas al uso del agua. Y más aún durante los eventos extremos. Por ejemplo, mientras el oeste continental de Estados Unidos disminuye su empleo del agua durante los extremos, el centro de Estados Unidos lo aumenta”, dice Cárdenas.
Además, los resultados revelan que el sector doméstico y de riego en general tienen la mayor prioridad para la utilización de este elemento a nivel mundial. Sin embargo, durante los extremos se toman medidas más estrictas que afectan a dicho sector.
El análisis también muestra que las olas de calor y los eventos compuestos de sequía-ola de calor en general tienen impactos más fuertes en el empleo de este elemento, en comparación con los periodos en los que únicamente se experimentan sequías.
“Las olas de calor y los eventos compuestos pueden provocar un mayor gasto de agua. Como consecuencia del aumento temporal de la demanda por las altas temperaturas. Que aún puede satisfacerse debido a la corta duración de dichos extremos. En comparación con eventos más duraderos como las sequías”, dice Cárdenas.
Hacen falta más datos, pero las perspectivas no son buenas
Los resultados del estudio demuestran la urgencia de recopilar más datos sobre el uso del agua. Para comprender mejor las implicaciones de los eventos extremos y el cambio climático en diferentes sectores de su empleo y para mejorar las evaluaciones de la futura escasez hídrica.
“Nuestra investigación proporciona un primer paso para evaluar el comportamiento multisectorial del uso del agua durante los eventos extremos. Sin embargo, se necesita más información a escala local de áreas con escasez de datos. Como África y partes de Asia y América del Sur, para comprender mejor el comportamiento sectorial del uso del agua y mejorar las estrategias de gestión del agua”.
Referencia: artículo de Gabriel A. Cárdenas Belleza, Marc FP Bierkens y Michelle TH van Vliet, ‘Respuestas sectoriales del uso del agua a sequías y olas de calor: análisis desde la escala local a la global para 1990-2019’. Y fue publicado en Environmental Research Letters.