Uno de los diseños más probables para los sistemas de carga inductiva consiste en una estación de recarga que funcionaría gracias a la conjunción de dos bobinas. Una de ellas estaría situada en determinado lugar del subsuelo que estará específicamente remarcado en el pavimento. Y la otra, la deberán llevar los vehículos de movilidad eléctrica aptos para este tipo de cargas.
¿Cómo funciona la carga inductiva?
El vehículo eléctrico deberá colocarse exactamente en el sitio indicado, para que la distancia entre ambas bobinas sea la mínima y gracias al proceso inductivo. O sea, por medio de un campo magnético, las baterías se recargarán sin necesidad de contacto. También sería posible acumular energía a partir de fuentes renovables, como la eólica o la solar.
Inducción estática
Siempre que se habla de emplear el magnetismo, surgen preguntas acerca de si los aparatos electrónicos y hasta las personas pueden resultar afectados por la generación de campos magnéticos. Pero en este caso, los que apuestan por la carga inductiva localizada y estática, aseguran que el rango de las mismas será menor del límite internacional de exposición recomendado, que es de 6.25 micro-teslas
Este sistema podría resultar una solución energética muy eficaz. Gracias a que la eficiencia de transmisión que tiene esta tecnología rondaría el 90%. Estos sistemas, en principio, podrían ser utilizados por vehículos eléctricos de transporte público como los taxis o los autobuses, que suelen aparcar en lugares predeterminados por breves momentos cada pocos kilómetros.
Inducción dinámica
Los horizontes de la carga inductiva son mucho más amplios y los expertos sostienen que lo ideal sería lograr que los coches eléctricos se autocargarán mientras circulan por determinadas vías que estarían acondicionadas para ello.
Y aunque suena prometedor, ese sistema de carga inductiva debe lograr superar varios problemas. Como el posible calentamiento de ciertas partes metálicas de los coches híbridos y eléctricos. Y los costes iniciales para la instalación de las infraestructuras.
Muchos de los defensores de las Smartcitys ven este sistema como una adecuación perfecta para las carreteras y calles de este tipo de ciudades no contaminantes, autosuficientes y de gran automatismo. A ello se le sumaría la ventaja de que las baterías serían más pequeñas. Se podría emplear energías renovables y el objetivo final (e ideal) es que las cargas para los coches eléctricos sean gratuitas.