Japón creía haber triunfado con el motor de hidrógeno, pero Alemania ha aparecido con un invento futurista que podría dejarlo a un lado. Un duro golpe para el gigante asiático que se une al prototipo que ha lanzado Corea. El hidrógeno, que es el elemento más antiguo, simple y abundante del universo, ha pululado alrededor del sector energético como un vector alternativo. Sin embargo, el mundo atraviesa un momento crucial en el que la movilidad debe transformarse. Los combustibles fósiles, útiles durante décadas, ahora se ven como el enemigo capital con su contribución a la emisión de gases de efecto invernadero.
Es por eso que varias naciones y compañías de la industria automovilística han posado sus ojos sobre el hidrógeno. Sin embargo, hay otra tecnología que ha logrado imponerse y a la que muchos adjudican el futuro próximo: la electromovilidad. La movilidad eléctrica supone un cambio fundamental en el desplazamiento, sustituyendo los motores de combustión interna tradicionales por motores eléctricos abastecidos por baterías recargables.
Este cambio tecnológico es vital, dado que elimina la dependencia de combustibles fósiles, bajando de esta manera las emisiones de gases de efecto invernadero y otros contaminantes atmosféricos. En las últimas décadas, ha ganado un lugar significativo en la agenda global por su potencial para mitigar la crisis climática y mejorar la calidad del aire en áreas urbanas.
Japón creía tenerlo todo controlado con el motor de hidrógeno, pero Alemania demuestra que existe un invento mejor
En pleno proceso de descarbonización, aparece en escena un revolucionario motor en rueda que modificará para siempre los coches eléctricos de la empresa de Alemania BMW. Con un máximo de 335 CV de potencia y 2.400 Nm de par, BMW ha ultimado retoques en los motores en rueda que cimentarán la base de un nuevo sistema de propulsión eléctrica muy eficiente y con una alta densidad energética. Durante el Salón del Automóvil de Frankfurt en 2021, DeepDrive presentó un prototipo de motor integrado en la rueda. Un invento tan innovador que logró captar la atención de la firma de Alemania BMW.
Desde entonces, la empresa de Alemania ha intensificado su colaboración con esta compañía que ha creado una nueva arquitectura de motor que hace posible su instalación directa en las ruedas. Esta arquitectura patentada brinda mayor par y potencia en comparación con otras tecnologías. El motor eléctrico de flujo radial de doble motor incrementa la densidad de potencia y el par generado, difundiendo el nivel mínimo de ruido y usando un sistema de refrigeración simple y eficiente.
Un proceso que deriva en un 20% más de autonomía para los coches eléctricos que lo usen o la posibilidad de utilizar una batería un 20% más pequeña. Según han comunicado ambas firmas, el concepto incluye una tecnología de doble rotor que otorgará transmisiones poderosas y sumamente eficientes, ofreciendo una importante autonomía. La primera gran innovación de esta tecnología es la fusión de dos motores eléctricos en una única unidad.
Alemania hunde el motor de hidrógeno de Japón con un motor eléctrico de rueda
Su procedimiento es diferente al que podríamos encontrar en un motor eléctrico convencional, donde el estator mueve un rotor interno o externo. Al contrario, en este diseño el estator impulsa ambos rotores, interno y externo, creando simultáneamente un sistema muy compacto, eficiente y con una elevada densidad de par motor. La segunda gran innovación que termina de hundir a otras piezas es que su diseño compacto y ligero permite la integración del sistema en las ruedas, por lo que cada una tiene su propio motor eléctrico.
La disposición de esta pieza otorga beneficios significativos en cuanto a la distribución de la energía, par motor y potencia, permitiendo que el sistema de control del coche haga una gestión independiente de cada rueda, efectuando mejoras en su seguridad y eficiencia. El proyecto piloto de este concepto se basó en pruebas de laboratorio recurrente que derivaron a la conclusión de que los motores en las ruedas ocuparán menos espacio, serán más eficientes energéticamente, además de más ligeros y menos costosos.
De esta manera, Alemania destroza al motor hidrógeno de Japón con un proyecto que promete revolucionar la industria automovilística. Mientras tanto, China se suma a la “pelea” por el liderazgo del sector con su primer motor de hidrógeno.



















