Tras la construcción de vías ciclistas en un parque de Cádiz, llegan nuevas noticias que afectan a quienes practican ciclismo. A partir de este 2025, deberán llevar una nueva protección. Quienes deciden subirse a una bicicleta lo hacen por dos razones: para ejercitarse y para movilizarse.
En cualquiera de estos escenarios, es necesario tener en cuenta los grandes beneficios que experimentan los ciclistas: fortalecimiento de músculos, mejora de la resistencia cardiovascular y disminución del riesgo de padecer enfermedades crónicas.
También se suman una baja del estrés y la ansiedad, fortalecimiento del sistema inmunológico, mejor predisposición al sueño, ayuda para socializar y forjar vínculos. Además, tiene un impacto positivo sobre el medio ambiente y reduce la congestión urbana.
La bicicleta es un método de transporte sostenible, puesto que genera ningún tipo de gas contaminante y mucho la usan para bajar su huella de carbono. Países como Holanda se han convertido en un ejemplo del uso de la bicicleta, considerando el ciclismo como una forma de vida entre sus habitantes.
Este contexto ha tenido un impacto significativo en la reducción de emisiones de carbono. Sumado a esto, los ciclistas muestran un óptimo estado físico. Más allá de los beneficios físicos que conlleva el ciclismo, practicarlo va alineado de una gran responsabilidad: protegerse a uno mismo.
Los ciclistas deben prestar atención a la nueva normativa este 2025
La Dirección General de Tráfico (DGT), el ente regulador de la seguridad vial en España, ha implementado grandes cambios que se aplican en el territorio del país europeo. Se ha focalizado especialmente en los ciclistas, motoristas y peatones, el grupo más afectado en los siniestros viales.
Para aumentar el nivel de seguridad, ha preparado novedades para este año. Uno de los cambios principales afecta a los adelantamientos. A partir de este 2025, los vehículos que quieran superar a una bicicleta tendrán que bajar la velocidad en 20 km/h respecto al límite permitido.
Por ejemplo, si un tramo tiene estipulado un máximo de 50 km/h, el adelantamiento debería realizarse a 30 km/h. La distancia lateral de 1,5 metros se conserva para asegurar la integridad de los ciclistas.
Esta disposición ha suscitado polémica entre ciertos conductores, que consideran esta norma peligrosa por la necesidad de invadir el carril contrario. Sin embargo, la DGT acuña que bajar la velocidad protege al usuario más vulnerable, que son los ciclistas.
Otra de las reformas tiene que ver con el casco para los ciclistas, que están obligados a llevarlo sin excepción. Anteriormente, la norma regía, pero con determinadas dispensas. Ahora, el caso es un elemento obligatorio en cualquier contexto, sin importar la edad del usuario o el tipo de vía por la que circule.
Los ciclistas también tendrán que incorporar elementos reflectantes o luminosos en escenarios de baja visibilidad, como contextos nocturnos o días con condiciones meteorológicas adversas. Con estas medidas se busca garantizar que los ciclistas sean detectables desde una distancia mínima de 150 metros.
Los ciclistas vislumbran cambios en su manera de moverse este 2025
Las modificaciones han llegado a las áreas urbanas. Una norma obliga a los vehículos a fijar un espacio de seguridad de al menos 5 metros cuando circulan detrás de una bicicleta. Por otra parte, se han otorgado facilidades a la circulación de los ciclistas en zonas de tráfico denso, permitiendo que puedan adelantar coches por ambos lados en situaciones de retención.
A su vez, los ciclistas deberán moverse ocupando el centro del carril en las ciudades, dejando las aceras al servicio de los peatones. En calles habilitadas para un único carril y límite de velocidad de 30 km/h, los ciclistas podrán circular en sentido contrario, para facilitar sus desplazamientos en zonas urbanas.
Con estas normas, la DGT pretende alcanzar un equilibrio entre los diferentes actores de las vías, dando prioridad a los grupos más expuestos. De hecho, ya hay otros lugares del mundo que están facilitando la movilidad de los ciclistas. Es el caso de Estados Unidos, donde existe un programa de alcaldía para el ciclismo.