Contaminación global de los coches eléctricos compartidos. Dos importantes empresas de viajes compartidos han prometido flotas totalmente eléctricas para 2030 en un esfuerzo por reducir su huella de carbono. Para comprender los impactos adicionales de esta transición, los investigadores de ACS realizaron comparaciones del ciclo de vida de las flotas de coches eléctricos con las que funcionan con gasolina. Para ello usaron datos reales de viajes compartidos.
Las aplicaciones de viajes compartidos son una forma cada vez más popular de viajar por áreas urbanas, especialmente para las personas que no tienen sus propios vehículos. Pero los coches y SUV usados en estas situaciones recorren más kilómetros cada año que un vehículo personal típico. Contribuyendo con una mayor proporción de gases de efecto invernadero al medio ambiente.
Anteriormente, los investigadores calcularon que la huella de carbono de las empresas de viajes compartidos podría disminuir significativamente al electrificar completamente sus flotas. Sin embargo, pocos estudios han utilizado datos de viajes compartidos del mundo real en sus estimaciones. O han incluido evaluaciones adicionales de la contaminación del aire y los impactos en el tráfico que acarrearía este cambio.
De Chicago al mundo
Por lo tanto, Aniruddh Mohan y sus colegas querían desarrollar un método que evaluara los costos y beneficios del ciclo de vida para dos flotas de fuente de conducción diferentes. Una que usase una batería eléctrica y otra que emplease gasolina.
Los investigadores recolectaron datos de viajes compartidos del mundo real para Chicago y los usaron para simular viajes proporcionados por tres flotas. Una empleaba gasolina y las otras dos tenían coches eléctricos con baterías de 40 kWh o 60 kWh. Luego, realizaron una estimación exhaustiva de los impactos en la fase de uso y el ciclo de vida de los viajes realizados en las simulaciones.
Combinando estos datos, asignaron un valor monetario a cada viaje, en función del supuesto daño causado por las emisiones de CO2, los impactos negativos para la salud y los problemas relacionados con el tráfico.
Análisis final
El análisis indicó que las flotas electrificadas ahorraban entre un 40 y un 45 % en la emisión de gases de efecto invernadero por viaje, si se las comparaba con la versión a gasolina. Pero los vehículos eléctricos a batería fueron responsables de una contaminación del aire ligeramente mayor. Esto de se debió a que la recarga de la flota implicó una mayor demanda de electricidad de las centrales locales. Además, también crece el número de partículas de polvo que se levanta por los neumáticos y los frenos y contaminan el aire.
También estuvieron involucrados en más problemas de tráfico, incluidos choques, congestión y ruido, que la opción de combustión interna. En las simulaciones, los vehículos que funcionan con baterías, en particular los de 40 kWh, necesitaban viajes más frecuentes y más largos sin pasajeros para llegar a las estaciones de recarga.
En general, una conversión a flotas de viajes compartidos eléctricos que funcionan con baterías podría reducir los costes para la sociedad en un 3-11% por viaje, según el total asignado a las emisiones de gases de efecto invernadero, dicen los investigadores. Contaminación global de los coches eléctricos compartidos.
Los autores reconocen la financiación del Instituto Wilton E. Scott para la Innovación Energética de la Universidad Carnegie Mellon. El artículo fue publicado en Environmental Science & Technology.