Llega al mercado el primer y único motor de la historia que no contamina nada. Pese a ser de combustión, no utiliza ni gasolina ni diésel. Es una revolución para la industria y promete ser una de esas sorpresas que dan de qué hablar. La noticia sobre el modelo turbo de hidrógeno fue impresionante y esta información no se queda atrás.
El contexto del mundo en el que nos encontramos da lugar a la búsqueda de nuevas formas de combustible.
Lo que se ha usado hasta ahora es demasiado contaminante y los inventos sostenibles no solo son revolucionarios sino una opción viable para el futuro.
En esta ocasión, hablaremos de un combustible que está ganando mucho protagonismo: el hidrógeno. Su almacenamiento en un tanque a presión para alimentar una celda de combustible de un coche eléctrico es una de soluciones que el sector tiene en cuenta en su transición hacia las cero emisiones.
No obstante, este elemento químico también puede usarse como combustible en un modelo de combustión en lugar de incorporar gasolina o diésel. Es una forma innovadora de aprovechar las piezas ya existentes y cambiar las alternativas del hoy por opciones que pueden cambiar la salud del medio ambiente mañana.
Este motor de combustión lleva hidrógeno y deja fuera de juego a la gasolina y el diésel
En los de combustión interna de hidrógeno se quema en una cámara. Pese a que es una tecnología con grandes pronósticos, la adopción generalizada de este tipo de modelos viene acompañada de retos técnicos y económicos significativos que han de superarse para garantizar su producción a gran escala.
Existe un modelo de estas características que parece dejar fuera todos los inconvenientes. Ha sido presentado en Corea por Young Choi, investigador del Instituto Coreano de Maquinaria y Materiales (KIMM), perteneciente al Ministerio de Ciencia y TIC coreano, y de Hong-gil Bae, del laboratorio de investigación de motores sin carbono de Hyundai-Kia (HMC).
Su equipo conjunto inyectó este H a 30 bares directamente en la cámara de combustión de serie Hyundai-Kia. Cabe destacar que el modelo se modificó para que fuera apto para quemar el elemento químico. Utilizaron un turbocompresor, un dispositivo que mejora el rendimiento.
Con esta herramienta involucrada en el proceso, se mejora el rendimiento, logrando mantener una alta eficiencia térmica durante todo el proceso.
Los modelos de hidrógeno desarrollados hasta ahora funcionan con una quema del hidrógeno después de que este sea mezclado con el aire. Se hace a través de una inyección con un puerto de admisión superior en lugar de inyectarlo de manera directa en el cilindro.
Junto a una arquitectura semejante, la cantidad de aire que fluye hacia la cámara de combustión baja por el espacio que ocupa el combustible gaseoso. El resultado es un mayor consumo de combustible y un rendimiento bajo por el efecto del impacto ente hidrógeno y aire.
Este motor de combustión sorprende a todos: ¡no contamina!
La pieza de hidrógeno de inyección directa deja resuelto el problema al inyectar el combustible a alta presión de forma directa en la cámara de combustión. En simultáneo, se maximiza la eficiencia térmica y mejora el rendimiento reduciendo las emisiones nocivas.
Durante el procedimiento, la implementación de una alta relación de compresión, la estratificación del combustible y la combustión ultra juegan un papel fundamental. Comparándolos con los de gasolina, las emisiones de dióxido de carbono y las de partículas finas disminuyen en un 99 y un 90%, respectivamente.
Los resultados de este experimento quedan encuadrados a la perfección en los requisitos establecidos por la Unión Europea para considerar que un automóvil es cero emisiones. Este motor de combustión es una demostración más de que la automoción apuesta fuerte por el medio ambiente.