El Tesla de los barcos está llegando a pasos silenciosos. Una compañía está construyendo algo que cambiará la navegación para siempre. La electrificación del transporte y la búsqueda de alternativas más sostenibles a la combustión tradicional son una prioridad en muchos países. Europa y China ya están apostando fuerte por el coche eléctrico, mientras que la aviación prueba combustibles más compasivos con el medio ambiente.
Por otra parte, el transporte marítimo, a menudo olvidado, sigue dependiendo casi en su totalidad del diésel. Pese a mover la mayor parte del comercio global, es difícil escuchar que se lo vincule con la sostenibilidad. Un escenario que está a punto de cambiar gracias a una compañía dispuesta a ensalzarse como el Tesla de los barcos.
La descarbonización del transporte marítimo es un objetivo global y continuo que pretende acotar las emisiones de gases de efecto invernadero a cero neto para 2050. Esa es la meta a la que aspira la Organización Marítima Internacional (OMI).
Para alcanzar este propósito, se han propuesto diferentes enfoques, como el uso de materias primas bajas en carbono (metanol, amoníaco), hidrógeno y electrificación, pero ninguna como la que pasamos a relatar.
El Tesla de los barcos propone una solución milenaria
La solución propuesta por el Tesla de los barcos y que podría salvar al transporte marítimo del naufragio ambiental es el uso de velas. Windship Technology, empresa británica, presentó hace un tiempo atrás el proyecto True Zero Emission. Se trata de un barco o propulsión que permite la eliminación de CO2, NOx y SOx, además de cualquier otra partícula contaminante.
Con este sistema, el barco funciona con un sistema de energía diésel-eléctrico y, para lograr que no existan emisiones, se instalarían captadores de carbono.
Sumado a esto, el casco se optimizaría para brindar la menor resistencia posible al agua y contaría con software que informaría sobre la mejor ruta posible considerando la previsión meteorológica, la distancia, las corrientes y el estado del mar.
Una idea arrolladora y revolucionaria que desplaza a otras propuestas que en su momento se vieron como soluciones alucinantes, como es el caso del primer barco que utiliza átomos de agua como combustible.
Velas, la solución definitiva para descarbonizar el transporte marítimo: una idea del Tesla de los barcos
Todo el método sugerido por la compañía resulta llamativo, aunque la parte más resonante es el uso de velas. A diferencia de las velas tradicionales, que originan resistencia al viento para propulsar el barco en dirección contraria a la corriente, el diseño de Windship está compuesto por varios mástiles con tres alas que atraen el viento para, de la mano del motor eléctrico, optimizar el movimiento del barco.
Cada una de sus plataformas puede disponer de hasta 48 metros de alto, una cifra que se ajusta al tamaño del barco. Asimismo, son móviles y se orientan según sea necesario para aprovechar al máximo las corrientes. Por ahora, no existe ningún barco diseñado con este sistema de base. De hecho, la sola idea no resulta sencilla de ejecutar.
La razón es que los barcos portacontenedores generalmente tienen su superficie de carga en la cubierta. A excepción de los buques PRO, creados como imponentes garajes cubiertos, los portacontenedores movilizan su carga en cubierta. Esto presenta un reto: las velas ocuparían mucho espacio, algo que podría dificultar algunas operaciones portuarias.
Windship asegura que la estructura del mástil puede plegarse para hacer más fácil la maniobra y que su vida útil rebasa los 25 años. Sin embargo, esto no descarta el hecho de que representa un desafío agregado para los encargados del diseño de barcos.
Proyección del sistema propuesto por el Tesla de los barcos
Por ahora, la tecnología ha sido objeto de interés para DNV, una aseguradora en sectores como el petróleo, la energía o la industria marítima.
«Trabajar con DNV es un paso importante para demostrar un verdadero estado de cero emisiones. La industria no puede quedarse de brazos cruzados por más tiempo. El tiempo corre y la regulación obligará a un nuevo enfoque para una industria que tradicionalmente es reacia al cambio», expuso Lars Carlsson, Director de Tecnología de Buques Windship, según registra la web de la empresa británica.
Y agregó: «El transporte marítimo no es adecuado para su propósito en el futuro. Las compañías navieras y petroleras son las únicas industrias importantes que siguen aumentando sus emisiones y deben cambiar y pensar de manera diferente si quieren tener alguna esperanza de alcanzar los objetivos de emisiones establecidos en la ley».
El sistema Windship podría tener más futuro en los yates de lujo. Al ser más ligeros que los grandes contenedores, un yate de alrededor de 70 metros con tres mástiles de 35 metros cada uno podría rozar la misma velocidad que un motor convencional. Aunque, de darse este escenario, tendría que existir un rediseño en los planos de construcción.
Sea como fuere, queda claro que el Tesla de los barcos está trabajando en algo que podría cambiar la navegación para siempre. Un cambio tan abrupto como el ocasionado por este barco que funciona con un combustible del siglo XV.