Queramos o no, el futuro del transporte ya nos está alcanzando. Solo hace falta ver la cantidad de vehículos eléctricos que ya transitan por las calles. Estamos asediados de nuevas tecnologías y propuestas que hace algunos años eran impensadas. Según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), el 28% de las emisiones de gases de efecto invernadero de su país proviene del transporte.
En ese porcentaje, los camiones de carga pesada originan casi una cuarta parte, porcentaje que supera incluso las unidades automovilísticas particulares. Frente a esta devastadora realidad, cualquier progreso en la electrificación del transporte pesado supone una gran oportunidad para disputar contra la crisis climática. No obstante, electrificar el transporte de larga distancia no es un proceso sencillo.
Los vehículos eléctricos de gran tonelaje suponen un alto precio, cuentan con una autonomía menor que los diésel y necesitan de infraestructuras de carga todavía escasas y poco ágiles. Sumado a esto, en estos momentos el sector del transporte por carretera se encuentra dominado por discretas empresas con márgenes ajustados, aspecto que dificulta utilizar nuevas tecnologías sin respaldo financiero.
El transporte está cambiando: los camiones de dos cabezas así lo demuestran
Tras saberse sobre el fin de los camiones a combustión en China, ha salido a la luz lo que podría ser el futuro inminente del transporte pesado. La startup californiana Revoy ha lanzado el “dolly eléctrico” que electrifica camiones sin modificarlas y brinda hasta 400 km por carga.
Su propuesta no demanda una reinvención de la flota actual, sino un módulo motorizado eléctrico que va instalado entre el tractor y el remolque de cualquier camión estándar. Al utilizar su solución, no se requiere la modificación del camión ni un remolque.
El dolly de Revoy brinda tracción eléctrica debido a su propio eje motriz y una batería integrada. Su mecanismo está basado en un remolque intermedio, sin cabina, que moviliza una batería de 575 kWh. La capacidad que atesora le permite disfrutar de una autonomía de hasta 400 km con una sola carga, cifra parecida a la otorgada por los camiones 100% eléctricos más avanzados de su segmento.
Además, la compañía ya está trabajando en una inversión con mayor capacidad. Lo más llamativo es el dolly no necesita de ninguna adaptación en los modelos actuales.
Funciones del “dolly eléctrico” que cambiará el transporte pesado para siempre
Va acoplado a través de un enchanche estándar tipo quinta rueda. Sumado a esto, agrega sensores que administran de forma automática la energía, el frenado regenerativo, la corrección de dirección y la detección de ángulos muertos.
Este proceso se coordinada por medio de una aplicación móvil que permite que el conductor transite una experiencia mejorada, más estable y segura. Iran Rust, su CEO, tiene experiencia en vehículos autónomos, por lo que ha incluido en el dolly funciones avanzadas.
Por ejemplo, asistencia para maniobras de reversa, compensación de viento lateral y alertas visuales de peligros en pantalla.
Proyección de futuro del “dolly eléctrico” para camiones: una nueva era se acerca al transporte
Revoy no solo vende tecnología. También ha creado un sistema de negocio para facilitar su integración en el mercado. El dolly se alquila por kilómetro recorrido, descartando el coste inicial y permitiendo que los transportistas ahorren interesantes sumas en combustible.
Adicionalmente, ha instaurado una red de estaciones de intercambio rápido. En ellas, el módulo descargado se reemplaza por otro que sí está cargado en apenas cuatro minutos.
La pieza piloto actual ya transita por las rutas ubicadas entre Texas y Arkansas. Para este año, Revoy ya quiere llegar hasta Washington y otros estados estratégicos, elaborando una red capaz de cubrir rutas clave del comercio nacional.
El futuro del transporte luce extraño, con camiones de dos cabezas capaces de “limpiar” las carreteras de las emisiones contaminantes generalmente atribuidas al transporte. Aunque esta no es la única propuesta que hay sobre la mesa. Dicen que el transporte pesado luce así en Europa.