Vacaciones con animales cautivos: No, gracias. La oferta depende de la demanda y la demanda de la oferta, eso es así en todos los ámbitos de la vida. En el que nos refiere hoy las cosas son muy claras. Cada vez que se paga una entrada para “interactuar” con animales o verlos realizar piruetas y vivir situaciones que están muy lejos de ser naturales en ellos, estamos siendo cómplices de un negocio que se basa en el maltrato de estos seres.
Creemos que la mejor forma de ayudarte a tomar conciencia de qué tan importante es decirles NO a estas actividades, es justamente contándote el trasfondo de todo lo que tú ves. Por ejemplo, detrás de un circo con animales hay una serie de “domadores” que a fuerza de golpes hacen que las fieras salvajes les tengan terror a sus cuidadores y pierdan por completo su autoestima.
Encantadores de Serpientes
Cualquiera sabe que en realidad no se las hipnotiza, sino que ellas están atentas al movimiento de la flauta como forma de defensa. Pero ver el espectáculo en vivo en las calles de la India o de Marruecos suele ser motivo de regocijo para los turistas. Lo que no saben es que esas víboras generalmente han sido despojadas de sus colmillos. Y que eso les ocasiona en muchos casos una muerte lenta por infección.
Tocar a los tigres
En Tailandia, por ejemplo, es común ir a ciertos lugares en donde por una suma de dinero es posible tocar a los tigres. Para lograr que una fiera salvaje de un enorme peso y potencia se comporte como un gatito, hubo que separarlo de su madre cuando apenas era un bebé. Por lo que fue criado en un ámbito ajeno a su naturaleza. Y en cuanto manifestó sus primeros intentos de sublevarse, se los aplacaron con pinchos, palos, choques eléctricos y golpes.
Montar en un elefante
Hablamos de unos enormes paquidermos, que en libertad resultan temibles por su concepto de familia y su territorialidad que defienden hasta la muerte. El sentido común nos dice que ser capaz de permitir que personas que le son completamente desconocidas se suban en su lomo, no es algo que haga por voluntad propia. Si no que ha sido inducido a ello y no precisamente con caricias y palabras bonitas, sino encadenándole y golpeándolo desde que era un bebé.
Paseos con leones
Más de lo mismo. Si no se va a África a cazarlos, se tiene la idea de salir a pasear con ellos, como si fuesen gatos de compañía. Pues no, no lo son, son animales de naturaleza salvaje a los que se les ha obligado de pequeños a llevar una vida que es contraria a sus instintos. Porque que si estuviera suelto, huiría de la presencia de los humanos o los atacaría si se sintiera acosado. Vacaciones con animales cautivos: No, gracias.
Convivencia con tortugas marinas
En muchos parques acuáticos es posible interactuar con estos pacificos quelonios. Pero lo que no se les cuenta a los visitantes es que para que las tortugas se acerquen a la gente no se les da de comer. si no que se induce al visitante a alimentarles (vendiéndoles la comida). Además, la rotación de especímenes suele ser grande, ya que muchas tortugas enferman de estrés y de males que les contagia o les ocasiona la gente.
Espectáculos con orcas y delfines
Los territorios de estos animales cuando viven en libertad pueden alcanzar los cientos de kilómetros. Así que recluirlos en los recintos de los acuarios ya de por sí es una tortura para ellos. Pero lo peor es que a estos sensibles e inteligentes animales se los suele golpear e insultar para lograr que cambien de actitud. Y que se sometan a las exigencias de sus domadores. Y se los obliga a hacer piruetas y ‘gracias’ a cambio de comida. Se han dado innumerables casos de delfines en cautiverio que se han suicidado por estrés y depresión.
Granjas de cocodrilos
Gracias a numerosos programas de televisión que muestran a los célebres “cazadores de cocodrilos” se ha puesto de moda visitar granjas de cocodrilos. Hablamos de lugares en los que ‘oficialmente’ se tiene a ciertos especímenes tras su “recuperación”. Pero por más que parezca todo muy bonito, en esos sitios los cocodrilos carecen de las mínimas condiciones de seguridad sanitaria. Y viven hacinados con tal de exponerlos a la vista de los entusiastas y desinformados visitantes.
Circos y zoos
Ningún animal debería estar en una jaula o cautivo, bajo ninguna circunstancia. Pero mucho menos para que otros seres puedan “disfrutar” observándolos. Porque lo que se verá no tiene relación alguna con los comportamientos que se podrían esperar de estos animales si estuvieran en libertad. Y ningún animal salvaje se presta de buen grado a hacer gracias para que los humanos se rían. Detrás de esos actos hay muchísimo maltrato animal.
¿Y nos llamamos civilizados?
Todos estos seres sin excepción, desde el oso que sale a bailar con un ridículo tutú, el delfín que se asoma a saludar, hasta el chimpancé que se oculta en el fondo de su recinto o el monito que te pide un cacahuete, TODOS han sido víctimas de maltrato, de una un otra manera. Y si tú pagas para verlos, no te quepa duda que aunque no sea tu intención, eres cómplice de su infelicidad. Vacaciones con animales cautivos: No, gracias.